Con la novedad de que el alcalde de Culiacán dice que lo brincaron en lo de la travesti gringa.
Que el ayuntamiento sí la contrató para la marcha del orgullo gay del sábado próximo, pero que lo hizo el departamento de Culiacán Cultura, sin avisarle ni pedirle autorización.
Así lo asegura Juan de Dios Gámez Mendívil, en medio del escándalo.
El pago está confirmado, de algo así como 500 mil pesos, pero según el presidente municipal nadie le preguntó.
O sea que los funcionarios pueden gastar sin cubrir los procedimientos que las normas obligan.
El sentido común nos dice que Gámez prefirió lavarse las manos.
Nos informaron que el gobernador Rubén Rocha Moya exigió cuentas claras y que a varios le leyeron la cartilla.
Como informamos en nuestra columna del miércoles pasado, el ayuntamiento culichi contrató a una travesti gringa para la marcha del orgullo gay.
El pago nos lo refieren entre 500 mil y 600 mil pesos, en dólares.
Miembros de la comunidad LGBT contactaron a Altoparlante para manifestar su inconformidad.
Muy razonables sus dos principales argumentos.
Que debió contratarse a artistas locales, y que ese gasto se considera un despilfarro insultante por la crisis que vivimos en Culiacán.
Mucha gente no tiene para comer y debió usarse ese dinero en apoyos a la gente necesitada, se nos dijo.
Aparte de lo anterior, se condena el lema de esa marcha del orgullo gay, “rumbo a la paz”, cuando ni una sola de las actividades van encaminadas a promoverla.
También se criticó, lo comentamos el miércoles, que en ruedas de prensa se hable de la urgentísima necesidad económica de la comunidad mientras se despilfarran dineros que pueden servir para darles la oportunidad de generar emprendimiento o buscar apoyo para comer y trabajar.
Lo repetimos para quienes no tuvieron oportunidad de leernos en la columna anterior.
Con sospechas de que algunos vivales estén sacando provecho personal en lo económico, sobre todo por la falta de transparencia y la nula rendición de cuentas.
A propósito de lo anterior, hubo quienes se comunicaron con Altoparlante para rechazar lo que dijimos de Santiago Ventura Cárdenas.
Que para nada es corrupto, aseguraron sus defensores.
Lo pintaron como un luchador social a favor de la comunidad de la diversidad.
Mi contestación fue la que sostengo.
“Tiago” Ventura tiene una larga cola.
Hay muchas quejas en su contra por dineros “perdidos”, aquí, allá y acullá.
Por qué no se le ha castigado, las razones las conocemos muy bien.
Muchos pícaros viven en la completa impunidad, a veces porque las víctimas no se atreven a denunciar, o porque las instituciones encargadas de procurar y administrar justicia sirven muchas veces para solamente diez cosas: para nada, para nada, para nada y para siete fregadas.
Advirtamos que no hay impunidad total ni para siempre, y que el castigo puede llegar pronto.
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