Les informaremos hoy cómo es que el alcalde de Culiacán traiciona gacho a su comunidad LGBT.
Enorme molestia ha generado por lo menos uno de los gastos de lo que será la marcha por el orgullo gay, este próximo sábado.
Este evento tendrá su punto culminante con una reunión en la Plazuela Obregón, y la presentación de Valentina, una travesti gringa.
Y aquí está el detalle, mis apreciados lectores.
Resulta que Juan de Dios Gámez Mendívil, presidente municipal, se está gastando medio millón de pesos -pagados en dólares- en la contratación de esta drag star internacional.
Qué buen detalle, dirán algunos miembros de la comunidad, pero las opiniones que me hicieron llegar son en sentido contrario.
Uso indebido del presupuesto, es lo que se señala; puro pan y circo.
Por supuesto que resulta muy fuera de lugar que en estos tiempos de crisis, con tantos sinaloenses pasando hambre, se gaste tanto dinero en una artista extranjera.
Muchas mejores alternativas habrían sido contratar sinaloenses para la marcha del orgullo gay, o destinar esos dineros en programas especiales para el empleo y la productividad.
Porque sin duda alguna es una infamia muy grande gastarse medio millón de pesos -hubo quienes me dijeron que realmente son 600 mil pesos- en una travesti norteamericana, aunque tenga doble nacionalidad.
Sólo por puro valemadrismo puede entenderse que suceda, con más de nueve meses en desgracia.
Muchos negocios cerrados, miles de empleos perdidos, gente que ha tenido que irse a otras ciudades.
Culiacán sufre una crisis muy grave, y afecta a cientos de miles.
Está claro que al alcalde Juan de Dios no le importa, o que le vale madre.
Él come muy bien todos los días, y le sobra dinero para atender sus gustitos.
Y como no se está gastando su lana sino la del pueblo, pues tampoco le preocupa.
Trasciende subrayar lo hipócrita que resulta que el lema de la marcha sea “Rumbo a la paz”, cuando ninguna de las actividades van encaminadas a promoverla.
Igualmente, que se den ruedas de prensa hablando de la urgentísima necesidad económica de la comunidad, mientras se despilfarran dineros que pueden servir para darles la oportunidad de generar emprendimiento o buscar apoyo para comer y trabajar.
Agreguemos que son fuertes y naturales las sospechas de que en esto pueda haber negocios de vivales.
Muy obvias, habría que decirlo, si entre los impulsores está alguien que ha sido reiteradamente señalado como picarazo.
Hablamos ni más ni menos que del “adalid” de esa comunidad, Santiago Ventura.
Conocido como “El Tiago”, tiene varias acusaciones de ser un vividor, un trácala sin llenadera, lo que puede ser tema de otra columna.
Como muestra de gente aprovechada, desde un partido de oposición se nos informa que usando representaciones falsas hay quienes están sacándoles 10 mil pesos, como mínimo, a diputados locales.
Precisemos respecto del encabezado de “alcalde de Culiacán traiciona gacho a su comunidad LGTB”.
Lo de la traición es consideración personal, no de nuestros informantes.
Y en cuanto a lo de “SU” comunidad, ya he señalado que Juan de Dios está muy en su gusto y muy en su derecho.
Reiteremos nuestro respeto ya manifiesto a la libertad que cada uno tenemos de vivir como más felices nos sintamos.
Con la puntualización que siempre enfatizo: pero sin abusos de poder y sin raterías.
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