La lucha política por la conquista de la presidencia de México, ya está en marcha.
El registro para el maratón político, enuncia ya a varias personalidades inscritas; Hombres y mujeres.
Todas y todos, desde ya en la puja, buscando ser quien al final de la jornada conquiste la meta.
Decirlo sobra, pero, alcanzar la gloria política de sentarse en la silla presidencial es el objetivo de ellos y ellas.
Es otra lucha más por la vieja y anhelada silla… Si, la misma silla que un 6 de diciembre de 1914, al conquistar la capital del País e irrumpir en palacio nacional, fuera repudiada por el General revolucionario Emiliano Zapata, el gran caudillo del sur, quien se negó a sentarse en ella.
Y es que el emblemático campesino de la lucha revolucionaria de México, odiaba la parafernalia y el falso bullicio que se genera alrededor del poder.
Para la ideología del General Zapata, sentarse en esa especie de trono, dedicado según su percepción a la egolatría, la vanidad y la ambición por el poder, significaba una falta de respeto al pueblo oprimido por el que luchaba.
Era, según Don Emiliano, la silla desde donde gobernantes indignos se convertían en exponentes de la superioridad y abuso de poder, pasando por encima de los derechos y necesidades de las clases pobres y desprotegidas de México.
Por esa razón, apegado siempre a sus principios de justicia social, la fecha aquella, en que junto con el caudillo del Norte Francisco Villa, arribaron triunfantes a Palacio nacional, Zapata le había recomendado a su hermano Eufemio, que no permitiera que nadie se sentara en la silla presidencial.
Pero el gran guerrero Morelense, no pensó que su camarada el general Chihuahuense, fuera quien se acomodaría en ese tan codiciado y confortable trono de oro, desde el cual varios mandatarios habrían generado hambre y miseria entre los campesinos.
¿Y por esto nos estamos matando?, diría Pancho Villa de manera irónica al hacer referencia a la famosa silla Presidencial en que cómodamente se había aposentado, ante la mirada reprobatoria de Emiliano Zapata.
Hoy, a 108 años de distancia, la famosa y disputada silla la ocupa un tabasqueño, tratando, al menos en el discurso, de lograr lo mismo que pretendían con su lucha Emiliano Zapata y Pancho Villa; Transformar a México.
Necesario es resaltar, que la gran elección del nuevo inquilino de la silla que ocupa Andrés Manuel López Obrador, está programada para el 2 de Junio del 2024.
Sin embargo, como lo cito en los primeros párrafos de ésta columna, el gran apetito por el poder está azotando los paladares de las clases políticas, originando que los tiempos se hubieren adelantado en poco más de 14 meses.
Es evidente e innegable; El ambiente y las pasiones políticas han entrado en un proceso de calentamiento anticipado.
Dirigentes de los Partidos políticos, agrupaciones civiles, organismos empresariales y activistas independientes, han empezado a desplegar banderas de manera franca y abierta.
Por cierto, contraviniendo a las leyes electorales, ha sido el mismo Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, quien se ha encargado de calentar anticipadamente los tiempos electorales.
AMLO, desde el púlpito de su conferencia mañanera encendió el motor del carro político al destapar de manera anticipada a sus llamadas ”Corcholatas”.
¿Y es que, si la abeja Reina de la colmena lo hace, por qué nosotros no?, dirían el resto del enjambre, justificando así su anticipado proselitismo.
Es posible que por esa razón, en los 32 Estados de la República se denotan movilizaciones en pro o en contra, no solo de las famosas corcholatas, sino también de las y los aspirantes de los partidos de oposición.
Y, por supuesto que aquí en nuestro Estado de Sinaloa las cosas no tendrían por qué ser distintas.
El gobernador Rubén Rocha Moya ha recibido a los principales prospectos de MORENA a la Presidencia de la República.
Incluso el mandatario sinaloense, mostrando madurez y apertura política y actuando además como un estadista, ha recibido, atendido y dialogado con otras figuras relevantes que también buscan la silla presidencial.
Tal es el caso de Claudia Ruiz Massieu, a quien en su reciente visita a Sinaloa, la saludó, invitó a comer, e incluso posó para una fotografía.
Respecto a sus preferencias políticas personales, Rocha Moya había sido cuidadoso hasta mediados de la semana que hoy termina.
Y es que, el pasado martes 7 de marzo, uno de sus alfiles, hombre de su entera confianza y exponente de una lealtad a toda prueba, como es el caso del Diputado local Ambrocio Chávez, fue comisionado para ser el coordinador en Sinaloa del movimiento político denominado “QUE SIGA LOPEZ”, que busca posesionar a Adán Augusto López Hernández en su lucha por la candidatura de MORENA a la Presidencia de la República.
El nombramiento del Diputado guamuchilense no habría generado tanto ruido en Sinaloa si no estuviera envuelto en un paquete de varias preguntas.
1.- ¿ Por qué el gobernador Rocha aparentemente agarra partido, al enviar a uno de sus hombres de confianza a trabajar en una campaña anticipada, y en apoyo de uno de los CUATRO aspirantes por Morena a la candidatura?.
2.- ¿Tomaría la decisión el gobernador de manera unilateral o la consensó con el Presidente López Obrador y el propio Adán Augusto López?.
3.-¿Será la necesidad de enviar al Diputado Ambrocio Chávez para restarle fuerza, espacio y presencia política a Héctor Melesio Cuen Ojeda dentro de las filas de MORENA, ya que, como se sabe, éste había venido, y según ha dicho, seguirá fungiendo también a través de su partido EL PAS, como enlace de apoyo del mismo Adán Augusto López?.
4.- Tendrá pensado el gobernador apoyar también con elementos de apoyo político a los otros aspirantes de MORENA, como es el caso de Claudia Sheinmbaum, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal?.
5.- ¿O será que Rocha Moya, le apuesta al buen criterio del resto de las “Corcholatas”, quienes entenderían que a final de cuentas, quien resulte ganador o ganadora de la candidatura, tendrían todo su apoyo en calidad de líder político del morenismo en el Estado de Sinaloa?.
Ahora bien, sea como sea, o fuera como fuere, creo que las mejores respuestas a las preguntas aquí planteadas, podrían ser las que el amable lector nos podría ofrecer.
Yo por mi parte, me atrevería a pensar, que la idea del Gobernador al meter a la arena política a su pupilo Ambrocio Chávez, podría tener su explicación en la intención, no tanto de mandarlo a intercambiar jabs, rectos, o ganchos al hígado con Héctor Melecio Cuen Ojeda, sino más bien, para, en calidad de compañero de establo, hacer sombra y conocer los movimientos de cintura, el filing, y cabeceo del líder del PAS dentro del ring.
En palabras más coloquiales y directas, yo pienso que el gobernador Rocha, envió al hombre de su confianza al combate, dotado de una carabina sin municiones, misma que solo sería exhibida ante los ojos de los sinaloenses para que al mirarla todos digan….Mira, ahí está LA CARABINA DE AMBROCIO…Nos vemos enseguidita.
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