Se llegó también el que había recibido un talento, y dijo: “Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. Por eso, me dio miedo y fui a esconder bajo tierra tu talento”, así le respondía con temor el PRI al popular empresario y político Aarón Rivas Loaiza.
En ese sentido, Aarón Rivas Loaiza, contestó al tricolor: “Si sabías que cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí, debías de haber entregado mis credenciales políticas”. “De ese modo, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses”.
La decisión de Aarón Rivas Loaiza es la actitud consecuente de un empresario y político íntegro, con experiencia e ideas sólidas, que se ve relegado a la inanidad parlamentaria por un partido que sacrifica sus principios con el único objetivo de alcanzar el poder.
El PRI no ha aprovechado el talento y esfuerzo que ha desempeñado durante muchos años Aarón Rivas Loaiza, en donde ha tenido participación en distintos cargos de la función pública, hombre reconocido en el área empresarial, y un empresario exitoso.
Que pierde la política en Sinaloa, no solo una persona inteligente y preparada, sino, además, todo un caballero en la política. Efectivamente, Rivas Loaiza no domina la dialéctica “trilera”, sin embargo, entre los políticos inteligentes, que prevén los posibles problemas y los caraduras que se cuelan en la política para medrar y sacar tajada y “pueden prometer y prometen”…lo que después no cumplen.
Aarón Rivas Loaiza cae bien a mucha gente, es simpático y campechano, es un personaje seguro de sí mismo, un emprendedor eficaz y gestor de empresas. Su formación lo describe como tal, sus alusiones al hogar y a las buenas costumbres es prueba suficiente.
Y como siempre lo hemos dicho en este espacio, es un talento desaprovechado, no solo por la técnica elemental y profesionalismo, sino porque es un respetuoso de la política y de los mismos detractores de derecha e izquierda.
GOTITAS DE AGUA:
El PRI ha recibido talentos, pero opta por no cuidarlos, por no cultivarlos, por no desarrollarlos. Se acuesta en una hamaca y a esperar a que le pidan responsabilidades, momento en que su conservadurismo dará su fruto, no habrá perdido lo recibido y podrá salir con la cabeza alta (aunque el PRI no ve así).
Esta es la actitud del PRI, el miedo les paraliza, los intereses personales les absorben el ego, su idiosincrasia, a ser exigidos, a que las cosas no funcionen como esperan les deja estancados, la simulación a máxima expresión. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…
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