A propósito del desastre del barco escuela de la Armada de México

Chocó contra el puente de Brooklyn y se armaron las estupideces de los comentaristas oficiales y los de la televisión abierta.

De hecho, hasta la presidente de México fue empinada y lanzó declaraciones que mostraron su ignorancia.

Me voy al pasado.

Hace cincuenta años o un poco más me encontraba en los muelles del puerto de Guaymas contemplando las embarcaciones y me llamó la atención observar como un barquito que parecía embarcación pesquera remolcaba un barco de bastante calado hasta un lugar del muelle donde ancló y fue amarrado.

Sentí mucha curiosidad y lo metiche que es uno y me le acerqué al hombre que conducía el remolcador.

Platicamos un buen rato y me instruyó de las maniobras de entrada y salida del puerto y fue así como supe del ajo.

Para empezar, el barquito supuestamente es una nuez en el agua, contaba con poderosos motores capaces de remolcar un hotel completo hasta meterlo al mar.

Luego se presentó como el práctico Jesús Pérez o Nieblas o como haya sido su apellido y me instruyó acerca de sus funciones.

En todos los puertos del mundo hay embarcaciones que se encargan de las maniobras de entrada y salida de los barcos mercantes de gran calado.

Me dijo textualmente: en el momento que me engancho a la nave, me convierto en la única autoridad responsable y los capitanes del navío pasan a segundo término.

Se aclararon mis dudas y confusiones.

Por eso al enterarme del percance del buque escuela en tierras de Donald Trump me vino a la mente mi conocimiento del tema.

El único responsable del accidente es el práctico o piloto del remolcador.

La compañía de los buques de arrastre tendrán que responder por los daños de la embarcación e indemnizar a las familias de los fallecidos y hacerse cargo de todos los gastos de los hospitalizados y un pago de reparación del daño físico.

Los capitanes, o cualquier oficial del barco de la Armada mexicana está exento de responsabilidades.

La única investigación será de la empresa para determinar el error del práctico y aplicar las medidas legales que correspondan

Nuestros marinos pueden dormir tranquilos.

De ninguna manera pueden ser molestados.

De nuevo les digo los poderosos motores que traen esas pequeñas embarcaciones que meten o sacan a los navíos del puerto.

Son rarísimos estos accidentes.

Gracias al práctico de Guaymas que me sacó de la ignorancia supina que muestran los comentaristas de nuestro país.

Son brutos a morir.

Y se llaman prensa nacional los borricos que tratan el tema.

Mis respetos para la Armada de México.

Mis condolencias a las familias de los fallecidos.

Pronta recuperación a los cadetes y marinos que resultaron lesionados.

El barco escuela seguirá navegando.

El práctico será investigado si operaba en su sano juicio o fuera de control emocional.

Hasta mañana.

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/fax-del-fax/.

 

J. Humberto Cossío R.

Comparte