Nos hacemos la misma pregunta y versa sobre como nos fue el jueves cinco del mes y año que corre.
Coincidimos todos en que fuimos alertados por los distintos medios de comunicación que por la mañana nos trasmiten sus noticias.
En casa y a buen resguardo, hasta en tanto consideráramos que existían condiciones para abandonar el nido.
Esa es la conversación que predomina hasta el momento.
Sentencian, que al Gobernador de Sinaloa nadie lo pone al tanto, por temor a que las autoridades estatales pasen la información a la delincuencia organizada.
Vandalismo o terrorismo, es lo que interesa a las aseguradoras para no pagar las unidades que les fueron arrebatadas con lujo de violencia a muchos ciudadanos y luego aparecieron quemadas en distintos puntos de Sinaloa.
Hasta se olvidan de dar el abrazo de año nuevo.
¿Cuántos soldados mandaron a Sinaloa?
¿Sirven de algo?
¿Patrullan las carreteras?
¿Qué armamento han decomisado?
¿O son las mismas armas que pasean por todo México en cada operativo que nos pretenden vender?
Sepa la bola. Lo único seguro es no salir a carreteras, a menos que gusten de las emociones fuertes.
Juro por esta cruz bendita, que pretendo olvidarme del negro capitulo de la sindicatura de Jesús María y consecuencias colaterales, y hasta el momento es cosa que no puedo lograr a pesar de mis esfuerzos.
Quedaron muy lejos los tiempos en que solíamos presenciar el desfile del 20 de noviembre y aplaudir a los contingentes de conscriptos y militares por las principales calles de Culiacán.
No sabemos que pensar o decir.
En ocasiones vemos con mayor peligrosidad a soldados y marinos que a la delincuencia organizada que sabemos existe entre nosotros.
A la hora de esquivar las balas, resulta igual de peligroso de qué lado las avienten y por donde nos lleguen.
Todo se vuelve un caos.
Nos encierran en contra de nuestra voluntad.
La causa de la causa es lo mismo.
Maridaje entre autoridades y delincuentes. Los ciudadanos quedamos indefensos y solo queda invocar a Dios para que no nos toque la mala suerte y resultemos dañados con operativos de tales dimensiones.
Traté de cambiar la conversación y orientarla sobre la política electoral que ya tenemos cerca y fracasé por completo.
Quién sigue, es la pregunta.
Otros avientan con sorna. Se está tardando Andrés Manuel en visitar el rancho de la Tuna y abrazar de nuevo a la abuela de Ovidio.
Mal empezó el 2023 para Sinaloa.
Biden, Trudeau y Andrés Manuel muy hermanados.
Que bonita familia y nosotros con el “deste” fruncido por lo que hizo el ejército en la Sindicatura de Jesús María.
Hasta mañana.
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