“La tolerancia llegará a tal nivel que las personas inteligentes tendrán prohibido pensar para no ofender a los imbéciles”. Frase de Fiódor Dostoyeski.
Feliz año 2023 y ya estamos de regreso. Se arranca, ojo no solo la sucesión presidencial porque esa ya se inició desde el año pasado, sino la lucha por el poder político en México y de paso definir el rumbo del país.
Se avanza en la transformación que propone el Presidente López Obrador o de nuevo se da un cambio y alternancia en la Presidencia. Esas son las dos únicas rutas, no hay más.
En más de una ocasión lo hemos dicho en este espacio. El 2023 es el verdadero año electoral. Es el año de la construcción de proyectos propios y el año de la destrucción de los proyectos de los adversarios. Hoy como nunca el encontronazo entre los grupos que se disputan el poder será de pronósticos reservados.
No habrá quien se salve ni se vaya liso, como se dice coloquialmente.
El 2024 será el año formal al cual se vaya a las urnas a legitimar solo lo que en el 2023 se construya. Así de simple.
Y para quien no lo crea. Aquí van solo dos ejemplos o una sola probadita de lo que viene.
1.-El día de hoy el Poder Judicial nombrará a su presidente. Nunca en la historia, el relevo de un magistrado que ocupe la presidencia había estado tan expuesto, tan convulsionado y donde los aspirantes hayan sido tan “golpeados” como hoy.
2.-Pero insistimos. Lo importante No es el quien de los personajes que aspiran a la presidencia sea el elegido, sino lo que representa cada quien.
El caso de Yazmin Esquivel quien ha sido duramente criticada por plagiar su tesis de licenciatura, representa no solo que sea indigno que un aspirante con ese antecedente llegue a presidir la Suprema Corte de la Nación, sino además, representa la conquista del Poder Judicial por parte del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
En pocas palabras, su posible llegada a la presidencia, es ahora si, acabar de tajo con la división de poderes y es poner de rodillas al Poder Judicial ante la voluntad de un presidente que ha demostrado no tener ningún respeto por la aplicación de la ley.
3.-El caso de Alfredo Gutierrez Ortiz Mena, no puede ser juzgado por el hecho de escudriñar en qué periodo presidencial debutó como Ministro, al igual como tampoco Yazmin Esquivel, sino por las posturas que ha asumido ante las reformas que ha propuesto el Presidente AMLO, o por los fallos emitidos ante asuntos de interés nacional.
Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena es considerado un ministro conciliador, que se ha movido por el puro medio. A veces ha apoyado los casos de interés para el presidente y otras veces ha votado en contra.
4.-Javier Laynes es el tercero de cinco candidatos con mayores posibilidades de llegar. Se considera el aspirante del otro extremo, el más alejado al Presidente López Obrador y de su política o modelo de gobierno.
Lo cierto es que los ojos de los mexicanos no están puesto en quien llegue, sino en lo que representa el nombre de quien llegue. Se le entregará la Suprema Corte al Presidente López Obrador o se mantendrá como un poder autónomo? Eso es lo que está en juego el día de hoy.
5.-Si a pesar del fuerte escándalo ya juzgado socialmente, aún cuando legalmente no- se impone a Yazmin Esquivel, el mensaje es muy claro. La Corte también, al igual que el poder Legislativo -en su mayoría simple- será un Poder Sumiso al presidente. No habrá más ley que la voluntad de López Obrador. Adiós al Estado de Derecho.
6.-Si la mayoría de los magistrados decide nombrar a Alfredo Gutierrez Ortiz Mena, buscarán la buena relación más no sumisión al Presidente. La elección de Javier Laynes significaría un pintado de raya del Poder Judicial como Poder Autónomo del Poder Ejecutivo.
Eso es lo que en verdad está en juego hoy en la elección del Presidente del Poder Judicial.
Serán los magistrados quienes tendrán la última palabra.
Habrá que estar pendientes.
PD.-Y el segundo ejemplo de lo viene? Ese se los contamos mañana.
PASO A PASITO.- Y que fue lo qué pasó en los festejos de Año Nuevo. Porque ahora si abundaron las balaceras y en navidad no.
A lo mejor no se quizo perder una añeja tradición. Quien sabe.
Lo cierto es que la tradición de los disparos al aire para despedir el año viejo y recibir el Año Nuevo, como también ya es tradición, costó la vida de inocentes.
Los llamados a festejar sin disparar, nomás no funcionaron.
Ah y se me olvidaba otra tradición. No hay detenidos por disparar al aire, ni por las muertes provocadas por las balas perdidas. Ahh y otra tradición más. La autoridad hace mutis. Ni modo, ha de decir, son daños normales y colaterales de una tradición muy sinaloense.
OTRO PASITO.-Una buena y muchas malas. En el primer día del año entró en vigor el aumento al salario mínimo, pero también entró en vigor el aumento a muchos productos. Unos de la canasta básica y otros no, pero también de consumo normal para la gente.
La gasolina volvió a subir y su precio ya araña los 24 pesos por litro de la verde y La Roja ya lo supera.
Lejos está aquella promesa del candidato AMLO de desaparecer el impuesto especial a las gasolinas si el pueblo le concedía la mayoría en el congreso. No solo no lo desapareció sino que lo ha ido aumentando año con año.
En fin por eso dice el dicho. “Ni todo el amor ni todo el dinero”. En los políticos debe ser ni todo el poder ni todo el amor porque luego se roban todo el dinero.
UN PASiTO MÁS.-Sinaloa terminó el 2022 en el lugar número 5 a nivel nacional en los índices de personas desaparecidas o privadas de su libertad de manera forzada. Levantadas y desaparecidas pues.
Nada honroso esa distinción. Eso si, hay una distinción positiva. Los números de personas asesinados van a la baja.
Los desaparecidos se cuentan aparte pues.
Una buena y una mala. Ni modo.
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