Galopan por las redes las peticiones para guardar silencio en torno de los millones de mexicanos que visitan la basílica de Guadalupe de la ciudad de México.
Tampoco de los millones de mexicanos de todo el país que se arremolinan en los templos para dar gracias a la virgen morena.
No le muevan al tema, capaz y se le ocurre a nuestro presidente organizar marchas que superen a la reina de los mexicanos.
El ego es cabrón y Andrés Manuel es un producto de ese material. Las tripas se le salen por la boca cada vez que escucha que hay alguien o algo más popular entre este pueblo pobre y honesto que dice representar.
Por favor guarden compostura. Si les preguntan sobre el asunto de esta popularidad mantengan respetuoso silencio.
No le piquen las costillas a nuestro amado peje.
Su marcha nos costó bastante dinero a los mexicanos. En días previos a la navidad andamos muy gastados quemando el aguinaldo y para nada queremos descuentos del salario, en pro de otra “manifestación ciudadana” de apoyo al presidente de México.
Los mexicanos somos proclives a las fanfarrias faraónicas y Andrés Manuel no está exento de adorar a su poder y querer perpetuarlo a través de los tiempos.
No es fácil soportar las burlas por comparaciones.
Así que:
Suplico encarecidamente, olvidarse del tema de la Guadalupana y Andrés Manuel y centrarse únicamente en sortear las tormentas económicas de diciembre y enero, que son los meses de mayores crudas emocionales por los dispendios.
BORRON Y CUENTA NUEVA
Me ponen sobre la mesa la posibilidad de que la alianza de partidos otra vez se decida por José Antonio Meade.
Mi respuesta inmediata:
Jamás votaría por esa barra inmensa de hielo que considero es este hombre.
Méritos académicos y empresariales tiene de sobra.
Es un brillantísimo burócrata de corte nacional e internacional, pero carece de los atributos de un candidato que pueda bajar del macho a los que representen a MORENA en el 2024.
Puede ser el mejor administrador del mundo, sin embargo, su rostro no refleja las emociones que los pueblos quieren escuchar para seguirlos.
Lo visualizo como un vaso con mucho hielo y hasta escalofríos siento al escribir sobre la personalidad de Meade.
Espero sea una broma de mi amigo.
Tengo muy pocas esperanzas que exista un candidato capaz de derrotar las huestes de la cuarta transformación y con José Antonio Meade se acabarían de tajo.
Es tiempo del regreso de la oratoria y pasión del asesinado Luís Donaldo Colosio, para motivar a este pueblo tan desgastado en su ánimo y tan entregado a los caprichos del presidente Andrés Manuel.
José Antonio Meade es más frio que el polo norte.
Sus seguidores cabrían en el trineo de Santa Claus.
Considero que es una broma adelantada del día de los Inocentes.
Hasta mañana.
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