Se logra pagando de la misma manera, con moneda de curso legal y puesta en manos del pueblo bueno y sabio.
La no reelección es harina de otro costal.
A quién le importa cuando le pagan bien.
Nuestro presidente es maestro en los menesteres de la política electoral. Para el 2024 seguirá teniendo la aceptación del rebaño sagrado que lo llevó al poder en el 2018 y al que sostiene con los dineros del erario.
Es de admirarse la estrategia del tabasqueño.
Diseñó a través de los años la manera y forma de llegar al poder y desde ahí convertirse en el guía de los desamparados,
Vaya que ha logrado su objetivo.
El pueblo se siente agradecido con Andrés Manuel.
A su casa le llega dinero que antes no había soñado recibir.
Que de donde sale, eso al pueblo no le importa y se siente protegido y beneficiado por el gobierno de la cuarta transformación y eleva al rango de deidad a nuestro presidente.
No hay razonamiento que pueda combatir los regalos de dinero contante y sonante y jamás se podrá contrarrestar el poder de convencimiento del tabasqueño que pernocta en Palacio Nacional.
Lo que diga y haga Andrés Manuel, bien hecho y dicho está.
Llegaron para quedarse y quién sabe por cuantos sexenios tendremos a las huestes de Morena gobernando a placer y sin obstáculos que les quiten la maravillosa sensación de ser inmensamente poderosos.
Lo ganaron a pulso y lo disfrutan a plenitud.
Sufragio en efectivo y reelección quién sabe.
Andrés Manuel dice que no, pero llegado el momento, la puerca puede torcer el rabo y hacer la declaratoria de continuar en el mando.
No sería reelección, mas bien imposición y nadie, absolutamente nadie, podría impedirle
quedarse como titular único e indiscutible de todo lo que tenga el aroma del poder.
Ejercito y Marina a sus órdenes.
Poder Legislativo entregado a sus caprichos.
Poder Judicial totalmente inclinado ante su señoría tabasqueña.
Lo siento mucho:
“No hay chapulín colorado que pueda defendernos”
Mentalmente estoy preparado para ser gobernado por las huestes de MORENA y jamás alzaré una pistola o fusil para impedirlo.
No me considero niño héroe.
Son películas de ficción que no llegan a mi televisor y tampoco haré intentos para conseguirlas.
Sufragio efectivo, si señor.
Reelección, es posible, más no inevitable.
Entre ellos mismos pueden estar los frenos del señor presidente y quizá son los que impedirán la permanencia de su jefe mayor.
Sin embargo, sigo con mi olfato muy pendiente de los aromas de un golpe de Estado en favor de Andrés Manuel.
El mundo está regido por intereses. Si nuestros vecinos consideran que no hay riesgos de ninguna especie con tener un dictador cerca de casa, entonces darán su bendición a nuestro señor presidente.
En efectivo el sufragio y olvídense de la no reelección.
Hasta mañana.
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