Que no se haga bolas el hipócrita de palacio nacional: es el Ejército, no la prensa, quien acusa a la corcholata Adán Augusto López Hernández de pactar con el crimen organizado.
En los documentos hackeados a la Secretaría de la Defensa Nacional se revelan reportes de inteligencia militar que señalan que, siendo gobernador de Tabasco, el hoy Secretario de Gobernación nombró como titulares de Seguridad en esa entidad a gente vinculada con el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Se trata pues de información oficial y no hay en ello los pretendidos “ataques de la prensa conservadora”.
Esta noticia y muchas más han sido manejadas por la prensa como parte de su obligación y responsabilidad.
La lloradera presidencial es otro de sus acostumbrados chantajes sentimentales que surgen de las mentiras y el descaro.
Sabe bien que no faltan los pendejos que todo le creen, y a eso se atiene.
Veamos esta nota de la Revista Proceso, acusada ayer por el primer mandatario:
Los nombramientos de esos funcionarios hechos por López Hernández son reales.
Ante las verdades incómodas, el cínico presidente se tira al suelo a llorar con el falso alegato de que los periodistas lo acusan falsamente y con dolo.
“Entre más me golpean, más digno me siento”, dijo.
Pero ni él mismo se lo cree, y a todas luces su actitud revelaba una furia mal contenida.
Todo mundo sabemos que lo de los abrazos no balazos es un pacto de la cuarta transformación con el crimen organizado.
No es novedad, entonces, que en ese mismo camino transiten Adán Augusto y muchos morenistas más.
De que López Obrador es narco político nos enteramos ya después de que asumió la presidencia.
Falta saber si se insistirá en impulsar para el mismo cargo a alguien que desde ahora sabemos que está relacionado con los delincuentes.
Si esto sucede, más jodidos no podemos estar.
Bien sabemos que no son pocos los vendidos y los tarados, con la esperanza de que al momento de votar seremos mayoría los que sí nos preocupamos por un México de verdad y de justicia.
3 AÑOS DEL CULIACANAZO, CON NUEVAS EVIDENCIAS
Se cumplieron ayer tres años en que el Cártel de Sinaloa sometió ante todos al Estado mexicano.
Precisemos que el sometimiento ya ocurría pero se conoció con tremenda crudeza de cara a la nación.
El culiacanazo o jueves negro es sólo una muestra de muchas; se hizo viral ayer un video en el que miembros de la Marina Armada de México bailan en una fiesta de ese mismo cártel del narcotráfico.
López y toda la cuarta transformación están vendidos con los delincuentes, y los protegen más que a los ciudadanos que se dedican a vivir honestamente.
LA FISCAL ESTÁ OBLIGADA A LA VERDAD
La Fiscalía General de Sinaloa está obligada a despejar dudas importantes en torno a la desaparición de Cándida Cristal Vázquez, La Chulis.
Veremos si en estos días asumen esa responsabilidad o si mantienen las cobardías, y comentaremos en consecuencia.
Sara Bruna Quiñónez Estrada, la fiscal de “justicia”, también en este caso hizo de las suyas mintiendo a propósito o por comodidad.
La pregunta es cuántas más le aguantará el gobernador Rubén Rocha Moya, que otra vez terminó siendo el que paga los platos rotos.
¿QUEREMOS QUE SIGAN DESTRUYENDO AL PAÍS?
Porque es relevante, debemos insistir en la advertencia que nada de bueno hay en tener un desastre de país, como nunca antes en nuestra historia.
Fracasos rotundos en seguridad pública, economía y combate a la pobreza, con presupuestos que se caracterizan por esa criminal austeridad que, entre muchas otras irresponsabilidades, mata a muchos miles de mexicanos al dejarlos sin medicinas ni tratamientos.
¿En serio queremos que esto siga ocurriendo?
Algunos sí, porque son políticos y ciudadanos a quienes sólo les importa el beneficio personal.
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