Los festejos por el aniversario de la independencia de México, se tornan cada vez más políticos que cívicos.
Hoy, cada gobernante, al momento de gritar los nombres de los personajes que nos dieron patria y libertad, selecciona bajo su libre criterio, quizá a los héroes que mejor recuerda.
Muy pocos coinciden en las menciones de los presuntos héroes nacionales, dejando el espacio a otros conceptos de la vida política nacional.
El pasado jueves 15 de septiembre, en el balcón de palacio nacional de la ciudad de México y en la hora programada, se instaló la figura presidencial para cumplir con ese histórico protocolo histórico, cívico y cultural.
Andrés Manuel López Obrador dio el grito de Dolores por cuarta ocasión, ante decenas de miles de mexicanos reunidos en el zócalo capitalino.
Les gritó, sí, pero ahora investido como Presidente de la República mexicana, y por supuesto, para celebrar el 112 aniversario de la gesta independentista.
Y es que ahí mismo, AMLO había arengado ya a las masas populares, aunque en aquellos tiempos durante actos de protesta y rebeldía en su incansable lucha por el poder.
Son quizá esos resabios de viejas luchas vividas, las que despiertan el espíritu combativo que nuestro Presidente no ha perdido, y que lo motivan para convertir cualquier tipo de evento, en una contienda política.
En la reciente edición del famoso grito de independencia, el mensaje presidencial, desde mi percepción personal, se tornó más político que cívico.
Los 20 VIVAS, y los 3 MUERAS que surgieron de la garganta del Presidente mexicano esa noche en que se festejó el evento más relevante de nuestra nación mexicana, despide el tufo inocultable del espectro político.
23 gritos en total, mismos que generaron diversas reacciones en el mundo político, cultural, social, intelectual y académico de México.
No podría asegurarlo con certeza, pero ese manifiesto, sobre todo el de los “MUERAN” gritadas con enjundia por López Obrador, pasó por encima de los VIVAS.
Se piensa que esas nuevas expresiones de carácter “mortal”, estuvieron quizá inspiradas y motivadas por la presencia de algunos de los invitados especiales al evento en mención, lo que otra vez nos ubica en el terreno de la POLITICA.
Fueron, de cualquier modo, 20 VIVAS, que pudieron ser más, si el ejecutivo nacional no hubiera omitido nombres de personajes de la lucha de independencia por expresiones como:
“Viva la grandeza de México”… Viva La Paz, vivan los héroes anónimos, entre otras.
De la misma manera ocurrió con los 3 “MUERAN”, las cuales se refirieron a la CORRUPCIÓN, EL CLASISMO Y EL RACISMO, arengas que por cierto han generado la polémica nacional.
Sobre el deseo de AMLO para que muera la corrupción, diríamos que es una señal evidente de que ese cáncer social sigue vivo, y los esfuerzos que se han hecho en su gobierno por eliminarla no han minado el mal.
Otro tópico de carácter POLITICO se refiere a la declaratoria de la guerra a muerte al clasismo y racismo, manifestado por nuestro Presidente.
En ambos casos, se trataría de una convocatoria presidencial encaminada de manera paralela a terminar con la discriminación social que a nivel mundial se deja sentir en la desigualdad y la exclusión de las clases marginadas de los pueblos.
El gran toque POLÍTICO, lo representaron con su presencia los ex Presidentes de Uruguay José Mujica, y de Bolivia Evo Morales.
Dos personajes que para López Obrador representan la esencia de la lucha en contra de las predominantes oligarquías políticas del mundo, por lo que su presencia era difícil que pasara desapercibida.
Otros invitados al “GRITO” fueron familiares del programador y periodista Julián Assange creador de la plataforma digital WikiLeaks.
Es el mismo personaje que está acusado de haber hackeado las bases de datos de diversos documentos confidenciales y clasificados de varios países del mundo y que hoy se encuentra prisionero en Inglaterra.
Como dato interesante, le diré que en el año 2006 el polémico personaje, divulgó documentos y videos que exhibieron abusos y violaciones a los derechos humanos del ejército norteamericano durante la guerra de Irak y Afganistán.
Eso convirtió a Julián Assange en el gran enemigo del gobierno de Estados Unidos al grado de que están exigiendo su extradición para juzgarlo por 18 cargos fincados en su contra.
La pregunta se vende sola; ¿Por qué el Presidente López Obrador recibe en Palacio nacional en calidad de invitados especiales a los familiares cercanos de uno de los grandes enemigos y perseguidos del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica?.
La respuesta, en sus diversas aristas se tornaría por demás interesante, sin embargo, yo solo diría que por un alto grado de inconciencia política.
Por cierto, en ésta ocasión AMLO dejó por fuera de su selecto grupo de invitados al Presidente cubano Miguel Díaz-Canel.
Se dice que el Presidente mexicano omitió la invitación al líder de la Isla caribeña, para efectos de evitar mayores disgustos al gobierno de los Estados Unidos.
Sin embargo, habría que preguntar en la Casa Blanca, qué amistad del gobierno de México les causaría mayor disgusto, entre Julián Assange y Miguel Díaz- Canel.
De todos es sabido, que a los gringos no les simpatiza el Presidente cubano, sin embargo, creo que la presencia en palacio nacional de la familia del hombre que se atrevió a exhibir a su gobierno como un flagrante violador de los derechos humanos ante el mundo, les pudo haber pegado como una patada en el hígado.
Finalmente diría yo, que si alguien piensa que los festejos de la independencia de México no se convirtieron en un festín político, les pediría que le echen un ojo a las fotografías que se tomaron las tres “corcholatas“ de AMLO al lado de los ex Presidentes Evo Morales y José Mujica…
La gráfica muestra los rostros orgullosos y sonrientes de Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López, al lado de los famosos ex – mandatarios latinoamericanos… La foto es de colección… ¿Qué cosas no?…Nos vemos enseguidita.
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