Fax del Fax

Las inútiles pedradas

La historia Data de hace muchos años e involucra a dos que se quisieron mucho, pero uno de ellos muy peleonero.

“Te quiero, pero te hago maldades”.

El otro guardaba silencio y así pasaron los años.

Día con día le aventaba piedras al patio de su vecino.

¡Oh sorpresa!

El agraviado encontró utilidad a las maldades.

Empedró su patio y aumentó el valor de su casa.

Cuando el ofensor se dio cuenta del ingenio de su vecino, montó en colera y quiso colgarse de la ceiba de su casa.

Se puso una soga al cuello, la lanzó por encima de una gruesa rama, subió a una escalera y cuando se iba a arrojar para quedar colgado, apareció su vecino y lo hizo detenerse en su acción.

“No lo hagas, amigo mío, no lleves tu amargura al extremo y para disuadirlo de otra manera, le dijo:

“Si te cuelgas, habré triunfado”

Si vives, seguiremos peleando, o sellaremos un pacto de amistad y nadie saldrá perjudicado”

Moraleja:

“Cuando tengas la soga al cuello, busca a tu enemigo para que te empuje”.

No tengo idea si Melesio Cuén Ojeda necesite empedrar alguna de sus propiedades y esté guardando las piedras en terrenos de la UAS.

Un año muy bondadoso para el Gobernador Rubén Rocha Moya.

Mucha agua en los cauces de arroyos que llevan sus caudales a las presas de Sinaloa.

Los agricultores tendrán garantizado el riego de sus siembras, sin tener que pelearse con sus cercanos dueños de parcelas o de inmensas y pequeñas propiedades.

El agua es una bendición.

El verde de los campos mostrará la belleza de nuestro Estado.

Tierra, semilla, agua y trabajo, se traduce necesariamente en dinero para la población de nuestro querido Sinaloa.

Somos el numero uno en legumbres y ocupamos un alto sitio en semillas.

Nuestro maíz es muy codiciado y del frijol ni se diga.

Los caminos de la sierra quedarán destrozados, pero es una oportunidad del Gobernador para quedar excelentemente calificado por sus moradores.

Don Leopoldo Sánchez Celis comenzó a construir carreteras serranas.

Lo siguió haciendo Genaro Alfonso Calderón.

Renato Vega Alvarado no se quedó atrás.

Juan S. Millán se lució en grande, pavimentando desde la sierra hasta los pueblos costeros.

Los demás han continuado con la labor de darles mantenimiento y abriendo otros caminos nuevos al progreso.

Ruego encarecidamente.

YA NO SE TIREN PEDRADAS.

Hasta mañana.

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J. Humberto Cossío R.

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