El Gobernador tiene todo el derecho de ejercer su posición como jefe político en Sinaloa, en eso estoy totalmente de acuerdo que no debe permitir por ningún motivo que se le suban al hombro, pero debe ejercerlo con mucha calicatencia, concatenancia y visión política a futuro tanto con la oposición y ex aliados, que al final de todo podrían ser sus socios nuevamente en el 2024. Esa historia política ya lo vivimos en el 2018 entre Cuén y el hoy gobernador cuando fueron candidatos opositores al senado de la república. Por lo tanto, debe dejar de lado los pleitos, considerando, que ni ganados son buenos, y donde si debería poner orden es con sus subalternos de izquierda radical, no mandando señales que se preocupan más en mantener su poder que en gobernar.
Luego de analizar hace unos días en mi columna sobre el pensamiento ideológico del Dr. Rocha y el comportamiento actual derivado de un divorcio político entre Cuén y el propio gobernador, bien vale la pena que también lo ejerza con sus subalternos. El otro tema es para cualquier gobierno la seguridad de nuestro Estado, la salud, la educación, la inversión pública y privada y defender nuestros sectores primarios, entre otras cosas no menos importantes, pues de no modificar pudiera salirse de control a muy tempranero mandato. Lo que significa, los primeros dos años de gobierno emanados con el gobierno federal son compatibles, o sea, del mismo partido que militan, en donde al momento no se ven reflejados en Sinaloa positivvamente, a menos que en el 2024 sigan la misma línea política, de lo contrario, la retórica de gobierno cambiaría 180 grados en relación a la conducta política, sino pregúntenles a los ex gobernadores, Juan S. Millán, Jesús Aguilar Padilla, Mario López Valdez y Quirino Ordaz Coppel, que sufrieron alternancias en la federación.
Pareciera que la estructura de gobierno de mi querido estado de Sinaloa, encabezada por el Dr. Rubén Rocha Moya ya empieza a notarse desgastada, y eso que no han llegado ni siquiera al año de administración. Los recientes cambios en el gabinete, aunque mínimos, vinieron acompañados de un anuncio que deja lugar a muchas interpretaciones: podría haber más cambios en el gabinete y, no solo eso, se podrían integrar militantes de otros partidos como ya está ocurriendo. Todo esto no deja de generar inquietud. Tal pareciera, nos dicen, que ya empieza a desconfiar de más de un colaborador por la falta de avances en su gobierno, sobre todo aquellos que le hablan al oído, a mi juicio, también deben cuidarse, ¿o me equivoco señor secretario particular Alejandro Higuera? Pero lo que aún falta por ver es que, de autocrítica, nada. Y como lo comentamos líneas arriba, debe parar oreja, pues será cuestión de días o meses que habrá más cambios y más sorpresas para funcionarios de primer y segundo nivel, sobre todo, para los irreverentes y los maleducados.
Los sinaloenses debemos mirar desde ahora el panorama catastrófico que en materia política continuará en la mayor parte del país y se agudizará con la proximidad del relevo gubernamental hacia el 2024. Todos estos enroques y choques van en función de ello; buscar el poder.
La otra Morena radical a la que no forma parte el gobernador se encuentra hundida por el enfrentamiento y por todas las prácticas antidemocráticas que su mesías sigue defendiendo sin argumentos y con la descalificación de muchos integrantes de su propio partido, quienes están revelando todas las pifias y mañas de este movimiento que han construido con el único objetivo de defender cotos de poder y que distan mucho de los verdaderos intereses del pueblo.
Es vergonzosa la operación de muchos integrantes que conforman el gabinete del gobernador de Sinaloa, quienes desde sus posiciones de poder en los tres órdenes de gobierno y dependencias departamentales del poder ejecutivo, despliegan una burda política gubernamental y administrativa, con la única intención en defender una postura, y que, a mi juicio, voltean hacia una política más radical y anti – organizativa, para ofertar venganzas, persecución política y enfrentamientos, peor aún, funcionarios de primer y segundo nivel que tratan mal a sus colaboradores y personal administrativo ya sean de confianza o de base.
El Dr. Rubén Rocha Moya en ese desmarque político considero que debería conectar con mayor énfasis con la ciudadanía a la que gobierna, pues en la entidad la mano del gobernador pesa en lo político, pero no en las obras reales de impacto social. Ahí le está faltando tacto y la mano amiga de sus subalternos, lo cual no le ayudan mucho a ejercer un gobierno equilibrado por más que lo intente el ejecutivo estatal.
Así como también, resulta inadecuado mirar al líder de la bancada morenista en el Congreso del Estado, Feliciano Castro, quien parece que ahora sólo se dedica a quitar gente del medio y organizar desayunos y comidas a personajes políticos “non gratos”, además, de intentar evadir todas las nubes negras de presunta conveniencia que pesan sobre sus negocios políticos y sociedades construidas a la sazón de intereses particulares consolidados con el privilegio de su cargo político. Considero que otros diputados y miembros de la bancada morenista le están comiendo el mandado, por más que aplique, “el mandado no es juzgado”.
En política el poder se ejerce con ahínco y firmeza, pero las formas llevan consigo un inminente desgaste colosal, que podría provocar escozor no solo con una oposición manchada y entregada, sino con una sociedad polarizada e hibrida: así el tamaño de la conducta excesiva.
Y qué decir de la senadora Imelda Castro quien desde que militaba en las filas del PRD soñaba con la gubernatura o seguir viviendo del erario, aspiración que la ha llevado a cambiarse de playera, amigos, bastiones y lo que le pongan enfrente, con tal de figurar entre los candidateables o negociar una posición de representación proporcional. Si no, al tiempo. ¿Acaso le ayuda en algo al gobernador sinaloense?, ¿acaso ven a la senadora Imelda Castro en Sinaloa atrayendo programas y rasurando recursos de la federación que beneficien realmente al pueblo sinaloense? Lo único que observo son discursos y videos por parte de la senadora sinaloense, pues su postura en defender lo indefendible por conveniencia personal y su labia podría traerle consecuencias en un lapso muy corto, de no concretarse el relevo del presidente, de los cuales algunos de izquierda se salvarían.
Frente a un panorama tan rasero, mediocre y con tantos vicios que desde hoy se palpan en estos personajes políticos “non gratos” para el gobernador, cuya misión es el poder y no propiamente la representación que les dan sus cargos. Lo cierto es que, el ciudadano gobernador debe parar oreja. Así, que no se confíen los que se consideran aliados por conveniencia.
Es ahí en donde el gobernador debe poner orden y parar oreja, pues mientras sus subalternos y compañeros de partido no dediquen su tiempo a gobernar, administrar y legislar, terminarán en el congelador de manera muy prematura, ya que desde el 2018 han arrasado en Sinaloa.
Hoy el calificativo por parte de analistas locales y nacionales, consideran que, es una tribu invadida por el canibalismo de los grupos que se han dividido para buscar a patadas y mordiscos, arrebatarse el pastel. Por eso, el control y orden que debe ejercer el gobernador es clave, no solo para su figura sino para que le vaya bien a Sinaloa. Porque un gobernador fuerte genera confianza y expectativas muy altas, por lo menos en lo perceptivo.
GOTITAS DE AGUA:
Todo lo anterior derrumba los argumentos de una frágil democracia que hoy sostiene al partido político en el gobierno federal.
Es ya una cruda verdad que las llamadas encuestas en Morena son una desparpajada desfachatez, al puro estilo del PRI y PAN, donde todo se simula en función del personaje que es el elegido por el mandatario presidencial.
Vaya desmadre la que nos espera en Sinaloa, donde perredistas, panistas y ex – priistas bailan al son de la mayordomía local y nacional, para agradar y disciplinarse a las decisiones presidenciales que no son más que una franca y descarada autocracia de los tiempos de la transformación que corren en el país. Y lo que no vemos en la izquierda radical es eso, no todos están alineados y su comportamiento irreverente podría tener consecuencias. Y ya empiezan a padecerlo algunos.
Veremos si el gobernador coloca toda su atención a estas aseveraciones políticas, sobre todo, de sus subalternos, que no todos comulgan y forman parte del “Team Rocha”, de lograrlo, habría más estabilidad en su gobierno, y en el peor de los casos de perderse la presidencial en el 2024, cosa que veo complicado, el gobernador nadaría sin salvavidas, es más, su gobierno a la que fue fungido en el periodo 2021 – 2027 sería sin sobresaltos y con posibilidades reales de un buen gobierno, y de paso, le alcance a salvar a uno que otro morenista de las nuevas generaciones que gozan de un cariño profundo por parte del propio gobernador y que realmente forman parte del “Team Rocha”. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…
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