Sobre el Camino

Tomar de referencia a Juan S. Millán

La política y las agallas se han degradado de forma sustancial en la actualidad, pues es un extraño caso en los que el peso político del ex gobernador de Sinaloa el Lic. Juan S. Millán Lizárraga se acrecenta cuando ha perdido su cargo. Vamos por partes.

Los líderes políticos, cuando dejan formalmente de serlo, conservan en el mejor de los casos cierta auctoritas simbólica subsidiaria de su pasado (hay quien ha comparado este tipo de autoridad con los jarrones chinos). En el peor, se convierten en caricaturas tristes de sí mismos. Juan S. Millán es uno de esos extraños casos en los que el peso político (y no sólo la auctoritas) de un líder se acrecienta cuando pierde el cargo.

La biografía política del Rosarense Juan S. Millán es amplia y quien quiera conocerla a fondo debe buscar su historia política y del cómo llegó al poder enfrentando al mismo poder. Pero Millán es mucho más que los hechos de su biografía política y de su pensamiento. Millán es también una personalidad muy especial donde el valor (incluso pragmático, solidario) y la sensibilidad juegan un papel crucial. Capitaneó una nave que se enfrentaba al menos a dos enormes naufragios. El primero era el resultado político de la Transición para el Partido que militó y lo democratizó con sus agallas y temple. El segundo había logrado que la heroicidad de la lucha democrática formara parte por derecho propio del ADN de la democracia sinaloense recuperada y de la Constitución, internamente acertó y dejó a sus herederos un partido político extremadamente musculoso en todos los ámbitos pese a las adversidades que todo gobierno enfrenta.

Algunos centro – izquierdistas mexicanos de la época de Lázaro Cárdenas, del partido del tricolor y del sindicato de trabajadores de México, a la cual el Rosarense Millán Lizárraga construyó una fuerza atípica en Sinaloa, transitó dócilmente hacia la familia socialdemócrata, asumiendo el modelo de construcción político y libertario.

Millán, en circunstancias muy difíciles y con todos los aparatos de poder a su mando desplegó una ferocidad contra la racionalidad y los siniestros naturales que no volveríamos a ver hasta el momento. Llevó al PRI a los mejores resultados electorales y ensanchó el espacio cultural de resistencia a una hegemonía neoliberal entonces absoluta. Sus críticas a las debilidades del modelo antisocial de construcción fueron en los noventa y, por ende, se hicieron virales. Su mejor época política, rompiendo la irreverencia y respetando a la militancia partidista, en donde hoy por más que la busquemos no está por ningún rincón de los edificios del otrora tricolor.

Los caprichos del corazón fueron entregados de forma justa a todos los órdenes de gobierno, mostrando poder y, a la vez, respeto y sin antagonismos. Por ello sigue siendo referencia para la centro – izquierda, ampliando las avenidas y diversificando a la política.

Pero además de su inteligencia, de su visión y de sus logros, hay algo especial en Millán que quizá tenga también que ver con ese corazón caprichoso. Millán tiene eso que hace especiales a algunos líderes y con lo que ninguno podemos compararnos; un alma que le hacía emocionarse escuchando hablar de política o encarar en dos palabras: sensibilidad y agallas, sin ellas no se entienden su significado histórico para Sinaloa.

GOTITAS DE AGUA: 

Aún es pronto para hablar de cambios de tendencia. Ni siquiera el auge político resulta suficiente para componer otra mayoría. Es un pacto a varias bandas grupales de difícil digestión, cuando en realidad terminan equivocando los términos como cuando traes una lucha con un pez muy grande en altamar, ya que en determinados momentos tienes que soltarle la cuerda un poquito porque si no se rompe el hilo de la caña. “Más claro ni el agua”.

Ese es Juan S. Millán Lizárraga, a mi criterio, una referencia para muchos aquellos políticos ocasionales que aun no terminan por entender el verdadero valor de la diplomacia política, pero también tomando de referencia con ese “Rumbo Firme” que gobernó y dejó un legado que aún es recordado y se encuentra intacto. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…

 

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/sobre-el-camino/.

 

Benjamín Bojórquez Olea

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