Fueron muchas y muy burdas las mapachadas en la elección interna de Morena, con una pregunta que resulta inevitable de en dónde están esos 30 millones de votos dizque seguros a favor del movimiento.
A pesar de los acarreos, la compra de votos, el relleno de urnas y la manipulación de resultados, muy lejos quedaron otra vez de esos números que tuvo AMLO el 2018 y que cacarean son incondicionales.
Se roban sufragios entre ellos mismos, y con mayor razón a los partidos opositores.
Por eso quieren desaparecer al instituto y al tribunal electorales.
Ganan porque son muy tramposos y porque tienen como operadores partidistas a sus amigos del crimen organizado.
Recordemos cuánto presumieron en ese partido el convertir las mapachadas en delitos graves.
Hoy cometen esas ilegalidades con el mayor de los cinismos y con impunidad absoluta.
Si en una elección constitucional vemos casillas “legales” donde votaron todos los enlistados y los más de 700 votos fueron para Morena, qué podemos esperar en un proceso organizado por ellos mismos.
Hubo el sábado y el domingo un acarreo brutal con coacción y compra de votos.
Urnas quemadas o destruidas, con numerosos hechos de violencia y enfrentamientos a golpes entre los propios morenistas.
Menores de edad sufragando, y el uso de tinta no indeleble para que pudieran votar las veces que quisieran.
Evidencias con videos de que muchos adultos mayores llegaron ahí sin saber a lo que iban.
Poco antes de votar, les dieron boletas ya con los nombres escritos.
La amenaza de siempre, de que si no cooperan pueden perder los apoyos sociales.
Cientos de millones de pesos gastados en los operativos y los pagos en efectivo y despensas, con cargo al pueblo bueno y sabio.
Fueron tantas las irregularidades y tan insultante el desprecio a las normas mínimas de la democracia que en no pocas casillas los inconformes actuaron para suspender el proceso.
Un adelanto muy claro de lo que veremos en la elección presidencial del 2024, si lo permitimos.
Con pruebas que en un estado de derecho deben ser contundentes, se anunció la impugnación en los 300 distritos electorales y exigirán formalmente la anulación total del proceso.
Esa prometieron ayer gente de ese mismo partido, con los inmediatos y consabidos ataques de la chairiza incondicional.
Con sus otros datos de siempre, el dirigente nacional morenista Mario Delgado calificó sus mapachadas como una jornada histórica.
Las irregularidades denunciadas las señaló como “incidentes provocados por personas ajenas a nuestro movimiento”.
Otra muestra de cinismo la dio el delegado de Morena en Sinaloa, que cambió el nombre al acarreo y lo llamó “espíritu de colaboración”.
Gobernantes y funcionarios de Morena y de otros partidos -PRI y PAS- operaron para imponer consejeros nacionales a modo.
¿DIRÁ LOPITOS QUE NO SON IGUALES?
Nos consume el morbo de ver lo que dirá Lopitos en su mañanera de hoy sobre su partido mapache.
La duda sobre si repartirá atole tirándose al suelo con maromas de indignación fingida.
Si repetirá que no son iguales y acusará que todo es culpa del PRIAN porque los neoliberales están en contra de la democracia que ellos impulsan.
O si nadará de muertito diciendo que no se mete en asuntos de los partidos políticos.
Lo que suceda, será otra proclamación de aplausos que matará de envidia a Memo Ríos.
El presidente de la república más mentiroso, más ratero y más asesino de nuestra historia.
Un rufián que con su partido pretende perpetuar la destrucción nacional.
Hay que detenerlos antes de que sea demasiado tarde.
TEMEN MENTADAS A AMLO EN TOPO
No aflojan con el Aquí No, quienes se oponen a la operación de la planta de amoniaco en Topolobampo.
Hubo ayer una manifestación en el puerto, con gente en decenas de pangas.
Lopitos estaba programado para visitar este puerto sinaloense en días pasados, pero no convencieron a los inconformes.
Consideraron riesgoso exponer a Andresito a lo sufrido por el gobernador Rubén Rocha Moya, quien hace semanas salió casi huyendo de una reunión en la que poco faltó para los recordatorios maternales.
Buscan plancharle las cosas al presidente, convenciendo o comprando a los opositores.
La imposición sigue firme a favor del sí por la planta, y la sustentan en la consulta manipulada que excluyó a una parte importante de los que están en desacuerdo.
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