Es pura burla lo de la protección a periodistas, según el sentimiento ampliamente mayoritario entre el gremio.
La decepción de que, en esa misma percepción, el más alto mando del Instituto para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas defenderá más los intereses del gobierno que de los afectados.
Pregunté a mis contactos periodistas y políticos quiénes conocen a Jhenny Judith Bernal Arellano, y de más de un centenar solamente una colega me respondió que tiene de ella un antecedente como prestadora de servicios por contrato con la CEDH.
A nadie con media neurona apantallan presumiéndonos su currículum.
Ya he manifestado sobradamente mi rechazo a que la respectiva ley se aprobara, pero ya que sucedió lo menos que esperábamos era un mínimo de seriedad.
Para dirigir al instituto se necesita no una burócrata muy estudiada sino alguien que ha vivido y sufrido en las calles; había mejores perfiles, pero los diputados títeres acataron la orden.
Muchas ganas tenemos de estar equivocados, pero se confirmó lo que con mucha anticipación dije en Altoparlante: esto es pura simulación.
Claro, no faltarán los paleros y lambiscones que le aplaudan a doña Jhenny Judith y a sus titiriteros.
ENCHUFADOS, Y SIN VASELINA
La cena de ayer de empresarios sinaloenses en palacio nacional fue para enchufarlos.
El gobernador Rubén Rocha Moya los llevó con el atole de que el presidente les hablaría sobre proyectos de inversión pero… ¡bolas don kakas!
La cena austera de tamales de chipilín tuvo como platillo principal el pase de charola con la compra obligada y masiva de cachitos de la lotería nacional.
Otro más de esos sorteos que terminan peor que con el lonje moco, pues ya que pasan nadie sabe y nadie supo sobre los “ganadores” y la “entrega” de premios.
Será interesante conocer la reacción de esos empresarios tras los engaños del gobernador y la bolseada del presidente.
Los hombres del dinero presumirán en público que todo estuvo de maravilla y que acordaron cosas rete chidas y harto benéficas para el pueblo de Sinaloa.
Cobardemente, la mayoría preferirá tragarse que ni vaselina les dieron.
INDIGNACIONES A CONVENIENCIA
Cuánta polémica ha levantado la “noticia” de que el exgobernador Quirino Ordaz Coppel es dueño de varios hoteles y de otros negocios.
Los asombros ridículos de que tenga un auto lujoso que cuesta más de un millón de pesos.
Para casi nadie es un secreto que el mazatleco tiene una fortuna importante desde hace bastantes años.
Indignaciones a modo de quienes callan como momias con millonarios que sí dan mucho qué desear.
Como los hijos del gobernador Rubén Rocha Moya, con casas cuyo valor suma 50 millones de pesos.
Fortunas milagrosas hechas estas sí casi de la noche a la mañana, que nadie se atreve a criticar.
Sólo los morenos y los aliados pueden enriquecerse sin pudor y vivir con todos los lujos.
Los demás tienen que ser austeros o exponerse al linchamiento ordenado por el payaso que vive en un palacio.
DERECHOS DE PISO Y DE PEAJE
No pocas de las carestías que sufrimos en México obedecen en buena parte al “gobierno” del crimen organizado que cobra derechos de piso y de peaje por la producción y la venta de gran cantidad de alimentos y productos.
Los criminales controlan casi todo en algunas zonas del país.
Lo vimos cuando la gente buena y trabajadora dejó sin pollos a millones de personas al impedir su movilización y comercialización.
Y el gobierno, bien gracias.
AMLO y su pandilla protegen a los delincuentes y ante la carestía el recurso oficial es el de la demagogia irresponsable.
La PROFECO culpando a los comerciantes y empresarios neoliberales que “se pasan de rosca”.
Este México al revés donde los delincuentes son más respetados y protegidos que la gente que trabaja de manera honesta.
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