Me pidieron algunos de mis amigos que les revelara el nombre del periodista que escribió en contra de Jesús Aguilar Padilla y el nombre del que pagó para que lo hicieran.
Mi respuesta es invariable, las fuentes no se revelan por que se les acaba el chorro y eso no conviene.
La información es sagrada y no damos nombres de los sicarios.
A veces ellos mismos son doble sicarios, reciben lana por atacar y luego por descubrir al que le pagó.
De esos conozco uno que otro.
Generalmente viven muy bien y de bastante influencia en las distintas secretarías de gobierno.
En mi caso, siempre he recibido apoyos de parte de mis amistades que gozan del privilegio de manejar recursos y tener bastante lana.
Jamás me he prestado para atacar por contrato.
Mi revista FAX POLITICO sobrevivió bastantes años por estar en la nomina de los gobiernos estatales y municipales de Sinaloa.
Es trabajo honesto.
Nunca me exigieron que golpeara a sus contras.
Me conocen muy bien y no se atreven.
Pero hay otros que conozco que caminan con la mano estirada y presumen de sus influencias y el temor que inspiran a los que gobiernan.
Que otros los critiquen y me reservo el derecho de saber quienes son y sin revelar sus nombres.
Si alguien me apoya, mil gracias y mi reconocimiento.
Escribir de lo que observamos en el medio social y del impacto que causan los gobernantes en torno de ello, es apasionante.
Se siente de maravilla exhibir a los malos y pésimos funcionarios, endonándoles un par de orejas de borrico, tal y como lo hacían nuestros maestros en las escuelas primarias.
Ahora se utilizan adjetivos calificativos mucho más impactantes y también hay restricciones para hablar acerca de sus preferencias sexuales.
A los que son de la comunidad gay y son varones les llamaban jotos, putos o puñales y a las mujeres las nombraban como lesbianas o chancleras.
Eso se acabó.
La ley es muy estricta protegiendo sus preferencias y estamos a un paso de que consigan su obligatoriedad.
Posiblemente un día se estigmatice a un individuo por ser hetero sexual y sea castigado por esa postura ante el mundo.
Tendrá que haber closet para los heterosexuales y que en lo oscurito manifiesten ser de esa tendencia.
La comunidad gay, por muchos siglos permaneció oculta hasta que nuestros gobernantes con esas preferencias introdujeron leyes que los cobijaron.
Volvemos con los sicarios del periodismo.
Viven maravillosamente bien y hasta piensan que son la honestidad a bordo de corceles blancos.
Nunca revelaré sus nombres y que sean los interesados los que los investiguen.
Hasta mañana.
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