Desde la ventana de su habitación repartiendo besos y abrazos a los que de manera “espontanea” fueron a saludarlo en Washington.
“Nada arreglado”, mal haría si pensara lo contrario.
Lo aman en Estados Unidos, más que a Biden y Trump.
Algunos pensaron que sería detenido Andrés Manuel por el servicio secreto por nexos con la delincuencia organizada.
No es tiempo para que eso suceda, fue mi respuesta.
Son muy puntuales en sus investigaciones y agotan todas las fuentes incriminatorias antes de solicitar la orden de arresto.
No es cosa fácil detener a un presidente en funciones.
Si le descubren elementos que lo liguen a una investigación y los jueces estén convencidos de lo que le consignan, con la mano en la cintura lo mandan detener, trátese de quién se trate.
Pero antes, jamás.
La legalidad es cuestión de mucha importancia y las cortes cuidan en extremo la pulcritud en sus decisiones.
Andrés Manuel en sus mañaneras hace giras a sus adversarios y emplea toda la fuerza de estado para pisotearlos.
Joe Biden cuida mucho la constitución. Prefiere que lo llamen débil a ser protagonista del abuso del poder.
Andrés le ha faltado al respeto en diversas ocasiones y no recibe bofetadas a cambio. Para todo hay tiempo y la venganza es dulce cuando se ejecuta en frio.
Nuestro Embajador en Washington conoce de que pata renguea su jefe y le prepara los mejores escenarios para que se sienta monarca en el reino ajeno.
Cuida su chamba a la perfección.
Nadie lo puede criticar por la cinematografía que nos pone en cartelera, con motivo de la visita del peje a los Estados Unidos de Norte América.
Hay voces muy fuertes por aquellos rumbos para que se enjuicie al presidente de México como parte de la delincuencia organizada.
El partido Republicano no tiene simpatías al gobierno de nuestro País y hace mucho tiempo que no encarcelan a un mandatario extranjero.
El último fue Noriega de Panamá.
Aguas Andrés Manuel, hay gobernadores muy influyentes y miembros prominentes del Senado de aquellos rumbos que piden cortar tu cabeza.
No necesitan las mañaneras que acostumbras.
Convocan a la batalla con sus gritos de guerra y le parten la M a quién se les pone al brinco.
Los tambores de guerra se escuchan cada vez con mayor intensidad.
No sabemos si esperarán a que termine su sexenio Andrés Manuel o le echarán la jauría siendo presidente.
Andrés Manuel se siente intocable y ahí es donde las puede perder.
La confianza nos hunde y lo contrario nos mantiene alertas.
Lució muy tierno Andrés Manuel.
Saludó con besos y abrazos desde su ventana en tierras gringas.
Nuestro Embajador recibirá su recompensa por el numerito que le preparó a nuestro mandatario.
Hasta mañana.
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