Que ofrecer los partidos de oposición para combatir al gobierno de la cuarta transformación en el 2024 es un enigma más complicado que el de esfinge.
Dinero contante y sonante cada dos meses, es más que suficiente para lograr la sumisión de un pueblo hambriento de más de cien millones.
La clase media y la alta pueden recibir todos los apoyos y rechazar seguir el juego a los que gobiernan y regalan.
Pero no hay los suficientes para derrotar a los que avientan bolo y crean el habito de estar esperando el siguiente envío.
Lo entiendo, lo comprendo y lo asimilo correctamente.
De alguna manera me recuerda a la mercadotecnia de las tiendas Coppel. Sueltan con suma facilidad sus productos y son considerados como los salvadores de los económicamente destruidos, y de otros no tanto, que acuden por las mercancías que ofrecen estos empresarios.
A los Coppel no hay quién les haga competencia.
Las otras tiendas son de clase más alta y con requisitos que no todos pueden cubrir para ser afiliados.
El 2024, les recordará nuestro gobierno las bondades que han derramado a lo largo y ancho del País y no dirán mentiras.
Recibir un subsidio de tres mil pesos bimestrales en una mesa de indigentes, no es cualquier cosa.
La credencial de elector es el salvoconducto para seguir sobreviviendo y serían unos tontos si patearan el pesebre.
Algunos millonarios seguirán votando por MORENA, por haber sido ninguneados en el pasado y ahora es el tiempo de la revancha.
Hay super millonarios, como Carlos Slim, que están muy por encima del bien o el mal y siempre son los grandes ganones.
Esos también votarán por el que los beneficia y les hace aumentar su caudal. No son gente del sistema, simplemente se acomodan debido a sus altos estados financieros.
Los súper piojos votarán por MORENA.
En los medianitos y de clase alta se encuentra la esperanza de algunos cambios en la estructura legislativa y hasta ahí llegan las cábalas opositoras.
No basta recordar los discursos del recordado Luís Donaldo Colosio que veneramos después de su muerte.
En vida, ni siquiera tenía el habla política completa.
Sus bonos se elevaron a las alturas siderales por el cobarde asesinato de Lomas taurinas en Tijuana, y al paso del tiempo su figura crece.
En vida era un priista que competía por la presidencia.
Muerto, se convirtió en el símbolo de la virtud y de la real esperanza de un cambio en la actitud oficial para el pueblo.
Su muerte me impactó y voté por Cedillo para honrar la memoria de Luís Donaldo.
La mesa está servida para los que regalan dinero del erario.
No veo la manera de derrotar la figura del clientelismo.
En Sinaloa, con tres mil pesos bimestrales se compran casi 150 kilos de tortillas o setenta y cinco kilos de frijol del bueno.
De perdida 25 kilos de carne de puerco o 120 litros de leche Lala deslactosada, descremada o entera.
En la mesa de un pobre, son cosas que no pueden rechazarse.
¿Qué podría ofrecer la oposición?
Esperanzas, no matan a realidades.
Hasta mañana.
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