Mario López Valdez, digan lo que digan sus detractores, ha sido, a mi juicio, un político de la era contemporánea que ha desarrollado muchos sentidos de persuasión, donde se convirtió en Gobernador de Sinaloa pese a las resistencias políticas de la derecha y al nacimiento de las redes sociales, provocando un cambio radical en la forma de gobernar en Sinaloa, que hasta la fecha los gobiernos más recientes han procurado darle continuidad a estrategias y programas que han sido enfocados a la gente de a pie, pues un claro ejemplo de ello fueron las famosas “ferias de servicios”, que hoy en día continúan vigentes en los gobiernos más recientes, en donde la única modificación ha sido cambiarle de nombre a dicho programa que tanto éxito sigue teniendo. Aquí aplica el dicho, “lo que funciona, se deja”.
MALOVA ya era un empresario y deportista exitoso cuando decidió entrarle a la política de lleno, y fue el ex – gobernador Lic. Juan S. Millán quien vio en el Sinaloíta de origen una pieza a pulir, a mi criterio, no se equivocó. La historia está escrita por los pasillos del tercer piso.
MALOVA fue alcalde de su querida ciudad de adopción, Los Mochis, Sinaloa, fue senador, fue funcionario de primer nivel y tuvo la oportunidad única de ser gobernador, con un estilo directo y enérgico, en donde la política y el diálogo siempre estuvieron presentes.
A MALOVA se le considera un hombre abierto, dispuesto a enriquecer todo tipo de apertura y siempre enfocado, sin descuidar sus orígenes, se mueve constantemente desde las gradas de la política. Es el tic de una persona acostumbrada a hacer varias cosas a la vez, a la que le gusta el orden, su familia y las buenas costumbres.
MALOVA es un político ambicioso y perseverante. Cuando se ha propuesto algo, lucha a fondo, pero ha sabido retirarse a tiempo cuando ve que no tiene posibilidades de ganar. Combina el arte del posibilismo con la defensa de las utopías, y pese a que en su currículo profesional y político figuran sus logros, su humildad demostrada detrás del mostrador de su exitosa empresa ferretera deja muy en claro el tipo de persona que es.
La gran
capacidad de trabajo hace que sea muy exigente con sus colaboradores. Le gusta trabajar en equipo y tiene una resistencia envidiable, sus colaboradores y amigos suelen terminar agotados y ya están acostumbrados a las misiones especiales.
MALOVA en su gobierno era enemigo de la represión, del desapego al derecho, pero también de la ausencia de firmeza y energía. Era contrario a los excesos y a las frivolidades, era mejor usar la fuerza de la política, que la política de la fuerza.
MALOVA dedicó tiempo a pensar y gestar un gobierno que años recientes se pondrían en práctica, reconociendo a las minorías políticas, a la pluralidad y al respeto.
GOTITAS DE AGUA:
La pertinencia de MALOVA es también hoja de ruta para la acción: así como su vasta cultura, su talento y su visión, nutriendo en la etapa institucional, para dar paso a la depuración de los usos, las costumbres, las inercias y los vicios de la política hasta nuestros días.
Posdata: se debe destacar y privilegiar a las mentes más lúcidas y eficaces para que el quehacer político y social se enriquezca. Se les deben dar nuevas y mejores oportunidades de acceso a la toma de decisiones políticas fundamentales. Se debe mejorar el servicio público y se deben inculcar valores y principios más humanistas, de honradez y de rectitud entre las y los servidores públicos. A mi criterio, se debe exigir la transparencia y la rendición de cuentas a cabalidad. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…
Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/sobre-el-camino/.