Es aferrarse a un sistema a pesar de su fracaso, o a otros que han demostrado su obsolescencia.
No cambiar o reinventarse, ¿es virtud o defecto? Depende. Los mismos valores, las mismas convicciones, es probable que den lugar a cambios en las ideas políticas, si es que estamos atentos a la realidad. Valores como la igualdad, la justicia, la prosperidad compartida, llevaron a muchos a simpatizar con los sistemas soviéticos. La observación de cómo funcionaban en realidad esos sistemas llevó a muchos a cambiar esa simpatía, sin alterar sus valores originales: igualdad, justicia, prosperidad compartida.
Esto viene al caso por la canción “El necio” de Silvio Rodríguez y su recepción por el grupo en el poder en México, que la festeja. Fue una canción, ha dicho el propio autor, escrito en el contexto de la caída de la Unión Soviética. El fin de ese régimen llevó a muchos a reflexionar sobre las causas de su caída. No fueron militares ni producto de agresiones externas de otro tipo. Fueron internas. Sus mismos dirigentes admitieron que el sistema no funcionaba. “Nada nos ha asombrado más del comunismo como el modo en que ha salido de la historia”, escribió Martín Malia.
Aferrarse a ese sistema a pesar de su evidente fracaso, o a otros que han demostrado su obsolescencia, es ser obstinado. El diccionario define obstinado: “Que insiste en los propios errores o se aferra a ideas o posturas equivocadas, demostrando con ello poca inteligencia”.
Cosa muy distinta es mantenerse en las propias convicciones, frente a valores contrarios a los propios que presionan mediante amenazas o chantajes. Algunos versos de la canción de Silvio parecen ir por ese lado. Ahí la “necedad” (utilizando el término en sentido figurado, dejando de la él literal), es válida.
Lo que no es válido es aferrarse a lo que no funcionó para mantener los propios privilegios. Y no funcionó en un sentido muy concreto: produjo privaciones y sufrimientos a las mayorías, aunque haya mantenido a una élite minoritaria. Fue el caso de los sistemas soviético. Es el caso de Cuba.
¿Cuál es el lugar de Silvio Rodríguez en el sistema político cubano? ¿Comparte las condiciones de vida de la mayor parte de la población, o las de la élite política? Su necedad, sea literal o sea en sentido poético, ¿defiende los intereses de las mayorías o del pequeño grupo en el poder?
Esa necedad, ¿es mantener convicciones o intereses particulares disfrazados?
GOTITAS DE AGUA:
Como bien lo hizo público el propio dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, una de las peticiones que se hicieron durante la encerrona hace algunos días en la sede del partido fue la renovación en la dirigencia; sin embargo, nos dicen, tampoco hubo mucha claridad en la propuesta de cuál sería la vía para que se materializara y, sobre todo, nadie levantó abiertamente la mano. No es un tema menor, pues quien o quienes se quieran “echar el paquete” deberán hacerlo en un momento complicado para el PRI. Por lo pronto, nos hacen ver, dependiendo de lo que vaya saliendo en los próximos días, que se podrá observar si hay un interés genuino de todos los actores de sumar y lograr el consenso, o bien, si lo que hay son proyectos individuales. “Atentos”. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…
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