Sobre el Camino

¿Se extinguirá el PRI?

El PRI en Sinaloa y en el resto del país o logran reinventarse y mostrarse como partido de centro izquierda o tenderá a desaparecer. ¿Debería de renunciar, Alejandro Moreno? A mi criterio, si.

Hay declaraciones magnánimas referentes al estado político y social de algunos dizque priistas que se consideran líderes en sus determinadas trincheras en Sinaloa, que la próxima semana diremos de quien se trata ya que no hay calidad moral para criticar a personajes que buscan otra trinchera política, pues las puertas de dicho partido están cerradas y sin ninguna actividad o programas que permitan hacerle sombra al partido en el poder aldeano, al cual haremos referencia en su determinado momento. Por lo pronto continuamos con nuestro análisis.

Días pasados comentábamos los resultados de las elecciones en seis estados de la República, donde la coalición del Presidente ganó Oaxaca, Tamaulipas, Quintana Roo e Hidalgo, mientras que la oposición retuvo Aguascalientes y Durango, un duro golpe; sin embargo, en esta ocasión nos queremos referir al caso del PRI, y cómo de haber sido el partido hegemónico el siglo pasado, pasará a ser un partido satélite del PAN, su adversario natural.

Revisemos las elecciones a diputados federales a partir del 2015, que es cuando el partido del Presidente entra al escenario político. El PRI representaba al 30.97% del total de la población con 203 diputados y con ellos la mayoría para el segundo trienio de Peña. Para la elección presidencial del 2018 sólo obtuvo el 16.4%, casi la mitad de su votación se vio mermada, perdiendo la Presidencia ante el apabullante 53.19% de AMLO y su coalición. Mientras que, en 2021 subió al 17.73%, sólo un punto porcentual.

En elecciones a gobiernos locales en 2015, el PRI gobernaba a la mayoría del país con 19 gubernaturas; a mitad del sexenio del priista Peña Nieto el PRI tenía mayoría como en sus mejores tiempos de los noventa. Para 2018 había perdido 7 gubernaturas, lo que lo dejaba con 12 y en las elecciones 2021, tuvo su peor derrota electoral, perdiendo 8 más sólo quedándose con 4. Este 2022 sólo gobernará el Estado de México, Coahuila y la recién obtenida de Durango, que fue en coalición.

La última oportunidad que tuvo el ex – partidazo de generar un cambio trascendental fue en la XIV Asamblea con el liderazgo de Luis Donaldo Colosio, que parecía que iba a democratizar el partido con un proyecto progresista, pero los cacicazgos no lo dejaron.

Ante las críticas por su reciente derrota, Alito declara que la alianza con el PAN salvará la honra del PRI y le permitirá ganar en el 2024. Sólo que el candidato o candidata presidencial será panista, según esta visión del dirigente priista. Hoy los altos mandos priistas tras reunirse con el líder nacional del tricolor vuelven a solicitar la renuncia de Alito Moreno.

Mientras no se auguran buenos resultados para el PRI en Coahuila o el Estado de México, frente al partido del Presidente.

En el caso de Sinaloa, el PRI sigue en las mismas, cada día la desbandada continua, mientras que los lideres de grupo, empresarios y ex gobernantes, se alinean al proyecto de Morena y a otros partidos que en la época gloriosa de Peña Nieto eran sus aliados.

En el PRI o logran reinventarse y presentarse como un partido de centro izquierda, como está en sus estatutos o tenderán a desaparecer, como le está sucediendo al PRD que ni con alianzas conservará el registro. Y para muestra ambos partidos podrían perder su registro en Quintana Roo al no alcanzar el 3% de la votación.

El 2024 cada vez se ve más claro que el proyecto del Presidente saldrá adelante, a pesar de las pugnas internas de Morena, con el ingrediente, que pese a las malas decisiones del Presidente, Morena sigue siendo el partido favorito de los mexicanos.

GOTITAS DE AGUA: 

Añadiría con este mismo enfoque, a las dirigencias estatales y municipales también.

Porque si consideramos ambos resultados -el electoral y el político- con las dirigencias que hoy tienen, difícilmente se podrán construir consensos internos y un mecanismo que permita corregir sus errores; establecer una nueva estrategia de comunicación para estos nuevos tiempos con nuevas propuestas que le interesan a la ciudadanía; y, recuperar su confianza. A mi juicio, lo veo muy complicado.

Deben por ello todos los priistas de Sinaloa y del resto del país, hacer un serio ejercicio de reflexión para la reorganización de su partido político, que les permita reconstruirse como una alternativa política real y afrontar los retos actuales y los que deben enfrentar en el futuro. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos el Lunes, si Dios quiere”…

 

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Benjamín Bojórquez Olea

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