Pero hay temas que me tienen hasta el gorro.
Escribir de Andrés Manuel es uno de ellos.
Tratar de entender a Estrada Ferreiro es otro que me produce dolor de cabeza de la llamada migraña.
Siento pena ajena, cuando mis gobernantes dirimen sus rencillas a través de los medios de comunicación y se ponen como lazo de cochino.
¿Entonces?
Pudiera intentar comunicarme con Luís Donaldo Colosio en los confines del más allá, para que me explicara sobre su nueva vida y cuales son las condiciones que privan por aquellos rumbos. Preguntarle también, si ya perdonó a los que le dieron muerte por encargo de un presidente al que le pisó los callos irreflexivamente.
Sería interesante, pero no hay teléfono que cubra esas distancias o no soy usuario de ese tipo de artefactos.
Me encantaría contactar con la inconmensurable Lola Beltrán. Le pediría que me cantara paloma negra con esa maravillosa voz que nos cautivó a los mexicanos y que puso a nuestro País en las cumbres de la canción vernácula.
A pesar de los adelantos de la ciencia, no es posible hacerlo y me quedo con las ganas de tenerla entre nosotros y ser beneficiados con su voz y talento.
Jamás olvidaré a Pedro Infante.
Nos hacía vibrar con sus películas y canciones.
Es el ídolo de México y su muerte causó el gran pesar y hasta la fecha añoramos su presencia en este mundo.
No me puedo comunicar con Pedro, para que me acompañe en una borrachera y me saque del marasmo en que me encuentro por causa de los políticos.
Quisiera tener comunicación directa con Don Benito Juárez, para preguntarle si está de acuerdo en que Andrés Manuel López Obrador viva en Palacio Nacional y duerma en la cama donde pestañeaba a ratos.
Poder llamar a Don Leopoldo Sánchez Celis y que nos diera sus puntos de vista sobre los agarrones entre Estrada Ferreiro y Rubén Rocha Moya.
No hay manera de hacerlo y tenemos que ser nosotros los que escribamos puntualmente sobre el presidente de México y sus pendejadas.
No se vale:
Me mandaron recado, diciéndome que supere que a mi partido el PRI lo dejaron tendido en la lona en las elecciones del domingo.
Me quiere inscribir en MORENA.
Ni la burla perdona.
No quería, pero ni modo, de algo tengo que escribir y digo lo siguiente:
“Mi no entender, que Estrada Ferreiro califica el gobierno de Rubén Rocha Moya como el más corrupto que Sinaloa haya tenido y con una frescura incomparable e incomprensible lo llame al dialogo”.
Cañonea a nuestro Gobernador y de inmediato levanta la bandera
blanca.
Patadas en los guevos y caricias con mano de seda.
Así las cosas, mi admirado Vicente Fernández.
Son los tiempos de la modernidad o de la locura.
Hay que escoger como llamarlo.
Hasta mañana.
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