Cuando las lluvias son abundantes, los problemas de falta de agua pasan inadvertidas y a los culichis todo nos tiene sin cuidado.
En la abundancia existe el relajamiento y los ciudadanos nos volvemos importamadristas y dejamos a la autoridad que se las arregle como pueda.
Soy de este tipo de gentes y lo lamento.
Escuchamos por ahí los programas de JAPAC y el accionar de su titular Jesús Higuera Laura que desde sus campos de acción, que son múltiples, trata por todos los medios de abastecer a las comunidades que no tienen agua, a base del acarreo del vital liquido en pipas que se contratan para el efecto.
Desde marzo me informaron que hay el programa de abastecimiento y claro que tiene un costo cercano a los dos millones de pesos mensualmente.
Los irresponsables tiramos el agua que nos llega de las presas y en otros lugares suspiran por un balde del preciado líquido.
Pero no es apoyando a los poblados con pipas como se resuelven las cosas. Se ha puesto en marcha un programa de perforación de pozos nuevos y en quince comunidades ya tienen sus propias fuentes de abastecimiento.
El municipio de Culiacán es inmenso y no hay ser humano que soporte estar sin beber agua. Hay lugares donde el ganado tiene que compartir con las personas para sobrevivir y no dejar en la ruina a los pobladores.
Si hay agua, hay bonanza.
La falta del liquido acarrea la ruina total y obliga a emigrar a los lugares donde exista el agua.
Jesús Higuera Laura le mete ganas al asunto y realiza un sinnúmero de prospecciones en busca de los depósitos naturales del agua y poder extraerla mediante el bombeo.
Parece que ha tenido éxito y lugares como el tamarindo, Jesús María, Sanalona y el salado ya cuentan con refuerzos de extracción y sus problemas de abastecimiento han sido mínimos.
Nuestra ciudad también requiere de ayudas, sobre todo, en lugares donde la presión del agua no es muy intensa y se busca solucionar a la brevedad posible mediante nuevos pozos cercanos a esas aglomeraciones urbanas.
Hay voluntad y capacidad en los mandos de la JAPAC.
Por algo es considerada esta institución como el modelo a seguir en eficiencia en Sinaloa y es ejemplo nacional para muchos Estados de México.
Hay que cuidar el agua.
De cuando en cuando doy la vuelta por la presa de Sanalona y me doy cuenta de la poca entrada que tiene de la zona serrana.
Se necesitan lluvias y que lleguen los arroyos al Tamazula para solventar el embalse de la presa.
Jesús Higuera Laura hace maromas para lograr satisfacer las demandas del municipio y hasta la fecha nos tiene conformes.
Esperemos que llueva en las partes serranas y que nuestras presas se llenen en su totalidad.
Una vez más:
Hay que cuidar el agua que consumimos y que recibimos oportunamente gracias a los esfuerzos de JAPAC.
Hasta mañana.
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