Punta de Lanza

AMLO, Poncio, el cura y el juez

En su reciente gira de trabajo realizada por Sinaloa, al Presidente Andrés Manuel López Obrador le hicieron falta un sacerdote y un juez, o jueza del ramo civil.

Fueron, desde mi percepción muy particular, don ausencias muy sentidas en la gira presidencial que acaba de concluir.

En el caso del Párroco, creo que le habría sido muy útil al mandatario mexicano, para auxiliarlo con sus santos óleos en la “excomunión” definitiva que prácticamente dejó asentada en perjuicio del patrimonio político del alcalde de Culiacán Jesús Estrada Ferreiro.

Es de todos sabido, que durante su estancia en Culiacán, el Presidente no quiso, o por lo menos dejó constancia pública de no querer otorgar su perdón a quien se decía su amigo de muchos años.

Fueron muchas las intentonas que el alcalde de Culiacán Jesús Estrada Ferreiro hizo por lograr un acercamiento con el Presidente de la República, sin éxito aparente.

¿Pero por qué en tal caso, la necesidad del sacerdote?… Bueno, es que AMLO tal vez consideró que el Alcalde buscaba la bendición y el consabido perdón por las muchas faltas cometidas, y sobre todo, por los graves y sistemáticos insultos dirigidos en contra del gobernador Rubén Rocha Moya.

Entendedor de la doctrina religiosa, AMLO comprendió que para conceder esas dos gracias divinas, solo está facultado un Cura, por lo que ningún caso tendría entonces dialogar con el Edil “culiche”, si no tenía a la mano ese apoyo religioso.

Es decir, AMLO pudo haber deseado ayudar a su camarada, pero se vio acotado por la ausencia de un representante de la santa iglesia.

Por cierto, el Presidente López Obrador respondió muy bíblico, cuando al ser interrogado por la prensa local respecto a su postura frente al juicio político al que está siendo sometido Jesús Estrada Ferreiro, hizo lo mismo que el prefecto de Judea, Poncio Pilatos, cuando le pidieron juzgar a otro Jesús, en este caso, al nativo de Jerusalén.

Don ANDRÉS, igual que Don PONCIO, al responder a la prensa se lavó las manos, y solo dijo; “En eso yo no opino, ni a favor ni en contra… No me meto, porque es un asunto de los ciudadanos”.

Es decir, el jefe del ejecutivo nacional se desentendió de tomar su propia decisión, y dejó que sea el pueblo a través de sus leyes el que juzgue a Estrada Ferreiro.

Con su postura asumida y pronunciada ante los medios de comunicación, Andrés Manuel, prácticamente dio pauta para la crucifixión del Jesús actual; Es decir, el de Culiacancito.

OTRO EVENTO “poli-religioso” en que al Presidente de la República le habría sido igualmente muy útil un clérigo, fue en su gira por la sierra sinaloense.

Ahí el presbítero podría haberle “CONFIRMADO” al ejecutivo nacional, que en efecto, los pueblos de los altos de la sierra madre occidental son gobernados por el crimen organizado.

La evidencia de los hechos, fue expuesta por un grupo armado que instaló un retén por la carretera Badiraguato- Guadalupe y Calvo Chihuahua, a la altura de la comunidad de Bacacoragua, y que fue video grabado por algunos periodistas nacionales que cubrían la gira del Presidente por aquella región de los altos.

Los videos circularon en las redes sociales y en poco tiempo se virilizaron por Sinaloa, el País entero, y ante gran parte del mundo, exhibiendo una realidad que para los sinaloenses no es ninguna novedad.

 

EL JUEZ CIVIL QUE FALTÓ EN LA GIRA

 

Respecto a la ausencia de un Juez del registro civil durante la gira del Presidente mexicano por la tierra de los Once ríos, habremos de comentar que en efecto, la figura de un funcionario de esa naturaleza habría sido de gran utilidad en otro de los actos celebrados.

Me refiero a la visita del Presidente a lo alto de la cordillera occidental donde supervisó los trabajos de construcción de una carretera que interconectará a los Estados de Sinaloa y Chihuahua.

Y es que, hasta allá se trasladó el Presidente; A lo alto de la sierra, donde triangulan los Estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua.

A ese punto de la alta serranía, al que todos identificamos como “EL TRIANGULO DORADO”, fue donde se hacía necesaria la presencia de un Juez, o Jueza del orden civil.

¿Pero, que podría aportar un juez civil al Presidente de la República en un evento celebrado en esas intrínsecas montañas?,

La pregunta es por supuesto, obligada, justa y necesaria de parte del mortal aquel que pudiera dar lectura a ésta metafórica columna de opinión.

Y desde luego, la respuesta para la interrogante, debe ser oportuna y también obligada.

La razón de la exigencia del funcionario de marras, obedecía a la sorpresiva sugerencia del Presidente López Obrador de eliminar el término TRIANGULO DORADO” a la zona geográfica en mención.

El Presidente considera que seguirle nombrando de la manera en que ha sido bautizada, solo estigmatiza y ofende la dignidad de los habitantes de la región alteña.

AMLO pretende dejar de llamarle triángulo dorado, y adoptar el de, “TRIANGULO DE LA GENTE BUENA Y TRABAJADORA”.

Pero, deja el Presidente abierta la posibilidad, para que también se le denomine” LA REGION DE LA BUENA VECINDAD”.

Es de tal manera, esa idea de Andrés Manuel, la que hacía necesaria la presencia del juez de Registro civil, para efectos de que ahí mismo suscribiera la orden presidencial y procediera al protocolo del cambio de identidad para el famoso triángulo dorado.

Por cierto, ante la sugerencia presidencial, la pintoresca picardía de la raza sinaloense se dejó sentir de inmediato, ofertando sus propias sugerencias para el cambio de nombre al famoso Triángulo dorado.

Aquí transcribo algunas de las propuestas de la raza sinaloense; “El triángulo del bienestar”… “El triángulo de los abrazos”… El triángulo de la sierra Morena”…Buenos los tres… Me voy…Y nos vemos enseguidita.

 

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Armando Ojeda
Armando Ojeda

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