Quien lo iba a pensar, que la corcholata favorita del presidente municipal de “Tierra Santa”, Salvador Alvarado, Armando Camacho Aguilar, era un personaje anti – izquierdista, así como lo ven, Roberto Valenzuela ¿Leal?, quien es el encargado de dividir al interior del H. Ayuntamiento de Salvador Alvarado que, en este caso, a todo aquel que comulga 100 por ciento con Morena.
Lo hemos comentado en anteriores ocasiones, en los altos mandos del poder estatal, le tienen tomada la medida, colmado de desaciertos y pifias políticas, que eso en su determinado momento se paga.
Así es, Armando Camacho, un poco después del triunfo que obtuviera gracias a Morena y la marca en las pasadas elecciones, fue entonces cuando su conducta cambiara sustancialmente, desprenderse del núcleo duro de algunos amigos de derecha y dejar de lado a la izquierda, no permitirá que las llaves del tercer piso se abran, lo que terminará por ahorcarse solo.
Crear encono con auténticos morenistas al interior del Ayuntamiento, prevé una disolución política, y todo por trabajar una reelección que ni siquiera se sabe a ciencia cierta quién podría sucederlo, ya sea mujer u hombre.
No obstante, los bajos recursos que obtendría para financiarse una campaña personal al exterior en la localidad, podrían generarle lejanía ante el poder ejecutivo. Recuerden una cosa, los irreverentes les aplican la ley del talión, “ojo por ojo, diente por diente”.
Mientras suben los bonos de Roberto Valenzuela ¿Leal?, bajan los del alcalde, Armando Camacho Aguilar, en donde se hunden en las aguas movedizas de cara al 2024. Pues morder la mano a quien te da de comer, simplemente es, sinónimo de traición.
El tiro podría salirle al alcalde Alvaradense por la culata, ya que al pretender culpar y desacreditar a los verdaderos morenistas de la localidad, se hizo el harakiri, porque ha sido evidente que su conducta mostrada en la administración es la causa fehaciente del debilitamiento que terminará por hundir las aspiraciones mucho antes de tiempo.
Todos los indicios y desobediencias del alcalde Alvaradense, son razón demás para que el huésped del tercer piso ya no lo vea con tan buenos ojos en virtud de que, a estas alturas tan prematuras, era para que su fortaleza política a nivel aldeano fuera en aumento y no como está ahora, en franco declive, nos comentan.
Bueno, ni con “vida artificial” puede Camacho Aguilar llegar a la otra orilla ya que, cuando empieza a repuntar con algún acierto social, de inmediato surgen los propios yerros que lo hacen retroceder.
El municipio de Salvador Alvarado es acreedor a raíces muy profundas por parte del ejecutivo estatal, si observan, pese a eso, el alcalde en turno se encuentra bajo un desarrollo económico muy bajo, la generación de empleos formales y la violencia e inseguridad que mantiene en vilo a los Alvaradenses. Este alcalde descuida sus responsabilidades públicas y políticas, para enfocarse en una reelección, cuando en su plan municipal de desarrollo no existe alguna esperanza de desarrollo e infraestructura que permita certidumbre en materia de inversión hacía la localidad.
Por cierto, el proyecto del malecón por la orilla del Rio Évora que lo gritara a los cuatro vientos en campaña el hoy alcalde de Guamúchil fue simplemente darle seguimiento y continuidad a un proyecto ya iniciado, o sea, con pies y cabeza técnicamente hablando, pues en la época del extinto alcalde de la anterior administración, Carlo Mario Ortiz Sánchez, fue el principal operador de tal proyecto, pues es como si dijéramos, “hago el pastel, después tú lo vendes y le pones tu nombre”. Entonces, ¿de quién fue la idea de ese gran proyecto del malecón por la orilla del Rio Évora? Ahora resulta que, Armando Camacho Aguilar, aprovecha esa coyuntura para politizar y proclamarse autor intelectual de dicho proyecto, que luego daremos con lujo de detalle y más precisión e información en otras de mis entregas.
Con todo y eso, no considero muy inteligente al alcalde panista purificado en Dios de la idiosincrasia política, pues hay personajes que suman a la causa y otros que restan en la captación de votos. Pues creer que su nombre está por encima de Morena es una de sus principales debilidades.
GOTITAS DE AGUA:
¿Qué viene para el alcalde Armando Camacho Aguilar? Ya se verá con claridad quiénes se perfilan hacia las candidaturas de las localidades de todos los partidos políticos y a lo mejor surge algún candidato independiente y también, sin duda, se hundirán otros, porque ya no garantizan el triunfo de su causa, como es el caso de la Aldea Alvaradense.
Pues mientras el alcalde Alvaradense se vacuna solo, es un hecho que su proyecto político lo haga emigrar a otro partido político, ya que no está en posición de auto proclamarse una dictadura aldeana, en donde su subordinado, Roberto Valenzuela ¿Leal?, terminará por traicionar la confianza que le fue conferida, para dinamitar a la izquierda y a ese núcleo duro de Morena.
El tiempo se acorta y la desesperación por llenarle el ojo al patrón aumenta y provoca errores que a la postre serán definitivos. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…
Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/sobre-el-camino/