= El gobernador lo destituyó por desacato a sus indicaciones
= Cuén se negó a desistir de emplazamientos contra LER y Tere Guerra
= Lo sustituye quien era director del DIF, Cuitláhuac González Galindo
= Políticamente inadmisible ya el sostenimiento de la relación
= Héctor Melesio anuncia conferencia de prensa para este jueves
El doctor Cuitláhuac González Galindo terminaba de comer un suculento sushi, cuando recibió la llamada telefónica del despacho del jefe del Ejecutivo Estatal.
-Vengase de inmediato; al señor gobernador le urge hablar con usted – le dijeron.
Cuitláhuac González, médico especialista en oncología, se desempeñaba como director del sistema estatal para el Desarrollo Integral Familiar. Y había tenido una mañana ajetreada, con la celebración oficial del Día de las Madres, un día después de la fecha oficial.
-Me inquieté en principio porque pensé que sería un regaño o un tema relacionado con mi responsabilidad en el DIF, así que me fui rápidamente – contó al noticiero Línea Directa.
Ya una vez en Palacio de Gobierno, el doctor González Galindo ingresó al despacho del Ejecutivo, donde lo recibió personalmente el gobernador para correrle la invitación a ocupar la titularidad de la secretaría de Salud del gobierno del Estado, misma que apenas minutos antes estaba en manos de Héctor Melesio Cuén Ojeda.
-Primero me sorprendí; pero acepté la propuesta del señor gobernador. Se trata de una distinción; pero también de una gran responsabilidad a la que hay que entrarle con orden, profesionalismo y con el entusiasmo que todo esto conlleva.
Y hasta aquí.
Ya es el nuevo secretario de Salud del gobierno del Estado, en sustitución del MC Héctor Melesio Cuén Ojeda, que deja ya el equipo de trabajo del mandatario sinaloense.
Enterados pues.
-0-
Y pues bueno.
El cese de Héctor Melesio Cuén Ojeda como secretario de Salud -porque lamentablemente eso fue – constituye un sonoro golpe sobre la mesa por parte de Rubén Rocha Moya, para dejar en claro, de manera contundente, que no existe un gobierno de coalición en el Estado, que mucho menos hay un cogobierno y para puntualizarle, a propios y extraños, quien manda en Sinaloa.
Del mismo modo, los acontecimientos de ayer no son otra cosa que “la crónica de una salida largamente anunciada” y son resultante de los constantes desencuentros y las agudas diferencias existentes entre ambos actores de la política sinaloense, las cuales comenzaron a tomar forma definida, aún antes de que Rocha Moya tomara posesión como gobernador de nuestra entidad, el primero de noviembre próximo pasado.
De hecho, las discrepancias eran tan álgidas y tan frecuentes, que para la gran mayoría de los analistas políticos, Héctor Melesio Cuén Ojeda debió haber tomado la decisión de renunciar al cargo de tiempo atrás y cancelar así la posibilidad de una medida de esta naturaleza, que evidentemente debe calar hondo en el ánimo de Cuén y de sus muchos seguidores.
Sin embargo, a pesar de que la relación ya era materialmente insostenible, no lo hizo en su momento, en aras de mantener con vida su anhelado proyecto político y ahí están ahora las lamentables consecuencias: cesado.
En el mismo sentido también llegó a parecer inexplicable la demora de parte del gobernador Rocha acerca de ponerle un hasta aquí a tan desgastante situación. Rocha no se tentó el corazón para exhibir a Cuén Ojeda en sus Semaneras, en el informe de la rectora de la Universidad de Occidente, Sylvia Paz Díaz Camacho y en diversos eventos en los cuales el gobernador dejó ver claramente su inconformidad.
Bajo estas circunstancias, muchos de quienes presuntamente analizamos estos temas de la política, llegamos a preguntarnos: “si está tan molesto, porque no le pide su renuncia; lo cambia o lo cesa de plano”. Tan fácil como eso.
Esto tampoco ocurría con el transcurrir de las semanas hasta que Rocha Moya se encontró con una coyuntura más que al modo para la toma de su decisión.
El lunes próximo pasado, justo en la Semanera, uno de los periodistas asistentes acusó a Héctor Melesio Cuén, directamente, de tener emplazamientos legales en contra de algunos periodistas sinaloenses, tema altamente sensible, cuando aun no se enfriaba el cuerpo de Luis Enrique Ramírez, arteramente asesinado apenas el jueves de la semana próxima pasada.
Rocha respondió que, en defensa de su convicción como demócrata, era inadmisible tener dentro de su equipo de trabajo a servidores públicos que no respetaran el derecho a la libre expresión de las ideas y les concedió un plazo de 48 horas para que retiraran la querella correspondiente, con la firme advertencia de que si no lo harían serían destituidos de su cargo en forma inmediata. El mensaje era claro para Cuén, por sus emplazamientos jurídicos de antaño en contra de la doctora María Teresa Guerra Ochoa y del ahora finado Luis Enrique Ramírez, columnistas del Debate de Culiacán.
Héctor Melesio ignoró la advertencia de Rocha y el resultado es el que todos conocemos.
¿Por qué no lo hizo Cuén? Quizás por deducir que en el caso de Luis Enrique ya no era necesario, ni tampoco en el de la doctora Guerra, que no precisamente era trabajadora de un medio de comunicación. O a lo mejor -¿Por qué no? – por estar ya hasta la madre de las amenazas del gobernador en su contra.
El caso es que, por una cosa u otra no lo hizo y el gobernador hizo buena la advertencia de manera puntual y concluyente.
Un tremendo golpe de autoridad, sin duda alguna.
¿Estamos?
-0-
Y bien.
Este jueves, a partir de las 9: 00 horas en el restaurant María Bonita, el ahora ex secretario de Salud del gobierno del Estado platicará largo y tendido con los representantes de los medios de comunicación de Culiacán. Y seguramente también se dejarán venir periodistas del sur y del norte de la entidad. Si hay un ingrediente predominante al respecto ese es el morbo. No tenga duda.
Obviamente Cuén dará a conocer su versión y seguramente fincará un posicionamiento contundente respecto a su nueva relación con el gobernador del Estado.
Héctor Melesio, que no quede duda, volverá a la presidencia del comité estatal del Partido Sinaloense -actualmente en poder del doctor Víctor Antonio Corrales Burgueño -, trinchera desde la cual tendrá un amplio campo de acción para convertirse en un acérrimo crítico del jefe del Ejecutivo Estatal o bien para delinear alguna estrategia con la dirección nacional de MoReNa, con la que no, hasta donde sabemos, no ha roto relaciones, que quede claro.
La vida no terminó aquí para Cuén. Hay opciones que deberá analizar antes de visualizar cual será su nueva situación política en la entidad. Su partido, el PAS, todavía cuenta con cinco diputados en el Congreso del Estado, con tres presidentes municipales y con un importante número de regidores en todos los ayuntamientos. Y ahí están, si no se le rajan un día de estos.
En suma: el tiempo corre veloz y cuando menos lo esperemos, tendremos ya un nuevo proceso político en puerta.
Pendientes.
Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/agenda-politica/