Si una manzana se encuentra en un estado de putrefacción lo indicado sería separarla del equipo para que los demás no se echen a perder.
Hace muchos años, en una galaxia muy lejana, un jefe nuevo fue presentado al equipo. El pobre no sabía lo que le esperaba: creó un equipo tóxico.
Los siguientes días, meses y años que estará al frente de este equipo, este jefe ha sido testigo de muchas situaciones que hasta la fecha le parecen incomprensibles. Aquí les comparto algunas escenas de muestra.
Armando “el iguano” Camacho su único objetivo es desarticular un equipo de izquierda hacia la derecha que ya empieza a gestarse dentro del Ayuntamiento, que su alcalde de Salvador Alvarado tiene como objetivo central buscar la reelección de “Tierra Santa”, Salvador Alvarado, pues si no es con Morena, seguramente su siguiente víctima podría ser el PAS.
Escena uno. Cuando este jefe llegó al poder aldeano, lo primero que notó es que uno de su equipo tendría un fin primordial, quitarle al alcalde los compromisos con distintos actores que ayudaron al alcalde mencionado a llegar a dicha posición que actualmente ostenta, suprimir del medio lo que le hace estorbo, pero nunca imaginó su subordinado de derecha y ahora purificado por la izquierda, Roberto Valenzuela ¿Leal?, que su destino no era interno, sino externo. Esa es la realidad.
¿Qué pasó después? El grupo se dividió generando un solo poder que no permitirá a futuro tener las condiciones para una posible reelección, donde la irreverencia dentro del Ayuntamiento y de los que quedaron fuera sin una respuesta por conducto del alcalde, terminarán dividiendo a los auténticos de izquierda, esa es la jugada del edil.
¿Cómo llegó Armando Camacho Aguilar a gobernar Salvador Alvarado? Sin duda no fue su popularidad, pues una cosa es ser conocido y otra tener un prestigio que compró al cambiarse de camiseta política, para luego, depurarse ante su historia pública que no es muy pulcra que digamos ante la opinión pública. Los hechos de su historia pública son de conocimiento público.
Escena dos. El secretario del Ayuntamiento de Salvador Alvarado no deja de quejarse por todo, de los permisos otorgados a los subalternos y, sobre todo, de los incómodos que comulgan con otra cuadra e ideología política. Sin embargo, la tarea es consolidar al alcalde, posicionarlo tanto en la terracería como en el pavimento.
Los resultados de las dos sindicaturas de la localidad Alvaradense es prueba fehaciente de la división, pues las ganó el alcalde en turno, pero, a mi criterio, perderá más por irreverente, pues creer que consolidando su gobierno y estatizarlo puede generar rupturas ante los altos mandos del poder estatal.
El secretario del Ayuntamiento no deja de intrigar, meter chismes, indirectamente denosta la confianza que el propio alcalde le ha entregado para auspiciar su verdadera cara hacia un equipo que no comulga con un pensamiento de justicia social.
El alcalde Armando Camacho Aguilar habla diariamente con su segundo subalterno “non grato” para las altas esferas estatales de izquierda, pues necesita confirmar su confianza, dejar la actitud retrograda, obtusa, pasiva y poco propositiva ante los verdaderos izquierdistas, pues es el encargado que se ofrece hacer mentor e, incluso, a cobrar cursos de management, ya que haría lo necesario para crecer y empoderarse.
En esta época política en Salvador Alvarado se habla hasta el cansancio del segundo a bordo del H. Ayuntamiento de Salvador Alvarado, de lo que tiene que hacer, de cómo combatir a sus aliados, pero poco se habla de los equipos tóxicos y de lo difícil que es para cualquier gobernante trabajar y lograr resultados con colaboradores que no han crecido como seres humanos integrales, aclaro, esto en relación a la política.
GOTITAS DE AGUA:
Estas escenas descritas en mi artículo de hoy las considero generosas, pues hablan de una realidad aldeana, pero, como dice el gurú Simon Sinek, a este tipo de colaboradores como Roberto Valenzuela ¿Leal? les falta confianza en sí mismos, son incapaces de confiar en los demás y, por lo tanto, nadie puede confiar en ellos. Por eso se vuelven tóxicos para el resto del equipo. Aunque las apariencias se consideren contrarias, es el “AS” negro que no permite que los altos mandos estatales confíen plenamente en el gobierno que encabeza, Armando Camacho Aguilar, nos comentan.
Simon Sinek recomienda tratar de mentorear a estos colaboradores y enseñarles otra manera de trabajo en equipo. Pero si el entrenamiento no funciona, dice, “entonces despídelos”.
¿Te ha tocado trabajar en equipos tóxicos? ¿Qué soluciones encontraron para mejorar y aclimatarse a otra forma de pensamiento ideológico? El alcalde de Salvador Alvarado, el jefe de esta historia, decidió mejor renunciar, ya que por más victorias internas que se tengan recientemente, las condiciones y circunstancias te ponen en tu lugar, situándote ante una realidad en donde una reelección difícilmente se concreta cuando en tu camino te echas muertitos a las espaldas. Esta historia continuará. “Si cierras la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…
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