Fax del Fax

Los liderazgos de Sánchez Celis y Juan S. Millán

Un líder debe tener una amplia visión que lo inspire y le permita inspirar a su pueblo y asumir la responsabilidad de conducirlo.
Es un concepto que encontré en el libro La mística del líder de David Rendón Velarde y que me fue obsequiado en el año de 1997 por el Licenciado Guadalupe Robles que en ese entonces practicaba el culto a la amistad.
Lo perdí en el tiempo y espacio y jamás lo recuperé.
Cuantos he conocido con esas características, creo que me sobran varios dedos de la mano izquierda para contarlos.
Ninguno tiene que ver con nuestro presidente en funciones.
Me refiero al que habita Palacio Nacional y que piensa que es un conductor de masas y que su nombre quedará inscrito en los anales de la historia de México.
Adolfo López Mateos fue uno de ellos y siempre escuché las mejores expresiones que se pueden verter acerca de un político.
Luís Donaldo Colosio Murrieta pudo serlo, pero su liderazgo quedó truncado en Lomas taurinas de Tijuana.
Don Fidel Velázquez fue reconocido por propios y extraños como la figura más grande del sector obrero.
Son hombres que dejaron huella y que nadie podrá borrar.
En Sinaloa he conocido a dos y su estatura de conductores de masas resulta innegable y solo uno de ellos sobrevive en nuestro tiempos.
Leopoldo Sánchez Celis fue un gobernante de polendas y su recuerdo perdura a través de los años que pasan a velocidad asombrosa.
Juan S. Millán se encuentra entre nosotros y carga con ese liderazgo de extraordinaria manera y no pierde camino o vereda.
Los pongo encima de la estatura de Don Antonio Toledo Corro y no creo estar equivocado en mis apreciaciones.
Lo que haga Juan S. Millán trasciende.
Para donde apuntan sus dedos encontrarán el valor de las cosas y el camino a seguir para no tropezar.
Es hombre sabio y con la gran virtud de ser amigo entre los amigos y no deja caer en la desgracia a sus afectos.
Polo era muy bravo y peleaba para ganar.
Sus batallas agrarias y la ley de Alcoholes impactaron grandemente en el rumbo de nuestro Estado.
Tenía muchos amigos y era reata que no se trozaba.
Juan S. Millán mostraba sabiduría en cada acción que emprendía como gobernante y nos dejó libre a Sinaloa de la delincuencia del secuestro.
A nadie le niega un consejo.
Nos pone luces por delante y no las apaga.
Es muy respetado y sumamente apreciado.
Mi respuesta será la misma.
Me quedo con dos sinaloenses como los grandes líderes que he conocido y sus nombres son Leopoldo Sánchez Celis y Juan S. Millán.
No tengo que mencionar a nadie más.
Hasta mañana.
(Puedes leer mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/fax-del-fax/).
J. Humberto Cossío R.

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