Sacamos por fin el pendiente de señalar que regresó a sus raterías la bandida Yesenia Rojo.
Agarró sangrita de nuevo, luego de que hace pocos años terminó exhibida públicamente como una ladrona y estafadora de lo peor.
Muchas mujeres le reclamaron públicamente que las engañó pidiéndoles dinero prestado para una supuesta emergencia, y que nunca les pagó.
En el sindicato de burócratas acumuló préstamos por más de 800 mil pesos, pues le prestaban a pesar de tener deudas pendientes.
Anduvo en un carro que sacó a crédito con la tarjeta bancaria de otra persona, pero nunca pagó a pesar de que fue denunciada formalmente.
Viudas de policías y agentes jubilados se atrevieron a denunciar que doña Yesenia les imponía una cuota mensual obligatoria.
Varios millones de pesos sumó, porque Yesenia Rojo actuó en varios municipios.
Anduvo muy activa hace tres años, pero tuvo que cambiar a robar más calladita y sin ruido.
El propio gobernador Rubén Rocha Moya la señaló como bandida y farsante durante una manifestación en la explanada de la unidad administrativa estatal.
Eso ha sido Yesenia durante los últimos años, y sigue en las mismas.
La desnudó recientemente en directo el presidente municipal de Angostura, Alberto Rivera Camacho.
“Guerreros Azules” para nada es una organización de lucha social sino un lucrativo negocio de los dos farsantes que simulan ser marido y mujer: Yesenia Rojo Carrizoza y el policía retirado Ignacio Iván Durán.
Estos dos rateros tienen muy bien armado el numerito, que vuelve a funcionarles porque algunos alcaldes son muy ingenuos o muy tarados.
Está demostrado que Yesenia es una farsante que simula luchar por el beneficio de los policías jubilados y de las viudas de policías.
Ella les cobra mensualidad, a veces nomás por hacer ruido con manifestaciones.
Cuando los ayuntamientos pagan lo que corresponde, ella lleva una cuota adicional.
Aunque no policías o viudas no cobren lo prometido, sus mensualidades son forzosas.
No son pocos los agentes retirados y viudas que han pagado y pagado, sin cobrar absolutamente nada.
Yesenia y su marido son los que siempre ganan en ese jugoso negocio, por dos razones que se suman.
Primero, que se trata de personas desesperadas que son fáciles víctimas de farsantes como Yesenia.
A esto hay que sumar que tenemos gobiernos abusadores que sirven para enmascarar el negocio de esos vivales.
Cuando hice públicas las acusaciones de muchas personas en contra de Yesenia, recibí una llamada telefónica en la que me amenazaron de muerte.
Presenté denuncia penal, pero la fiscalía cerró el caso porque tras la revisión psicológica… ¡no tuve daño y por lo tanto no hubo delito!
A Yesenia le encanta tirarse al suelo diciendo que la persiguen porque “lucha”.
Por eso mismo atacó a Óscar Loza Ochoa, pues sus impunidades le dan valor para seguir abusando.
Hasta cuándo le permitirán seguir robando, es la pregunta obligada.
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