De remate, la hipócrita Claudia Sheinbaum exige que las farmacéuticas entreguen medicinas… pero de a gratis.
Les deben 40 mil millones de pesos de contratos previos, y anunció demandas en contra de las empresas que no entregan lo “comprado” en los nuevos convenios.
Le ponemos comillas a lo de “comprado”, porque toda compra venta implica un pago pero el gobierno se niega a cumplir con esa obligación.
Según la señora, los contratos obligan al vendedor a entregar pero no al comprador a pagar.
¡Hágame usted el recabrón favor!
Vayamos a lo que nos dice la ley, Código Civil Federal en su artículo 2248.
“Habrá compra-venta cuando uno de los contratantes se obliga a transferir la propiedad de una cosa o de un derecho, y el otro a su vez se obliga a pagar por ellos un precio cierto y en dinero”.
Y ahí está el detalle, dijera Cantinflas.
Hay nuevos contratos, sí, pero hay otros anteriores en los que los farmacéuticos entregaron medicinas y el gobierno se niega a pagarles.
Sin duda un nuevo abuso de poder el que la presirvienta de la república anuncie multas a 30 empresas farmacéuticas que exigen al gobierno que les pague por las medicinas ya entregadas.
¡Son deudas por 40 mil millones de pesos! ¡Hay que doblar el adeudo, no sean tan fijados!
Como si esos negocios fueran beneficencia de los rateros de morena.
Sheinbaum acepta los adeudos con los empresarios, y dice que es un asunto “en revisión”.
En la narrativa oficial, si llegaran a faltar medicamentos no es por culpa del gobierno sino de los rateros empresarios farmacéuticos.
Por si no bastaran esas estupideces, la chacha de palacio retomó la cantaleta de que ya se corrigió el abasto de medicinas en los hospitales y clínicas del gobierno.
Quien no lo quiera creer, que vaya y pregunte en el IMSS, ISSSTE o lo que le quede más cerca.
Es completamente real, aunque parece meme.
Lo más grave de todo es que doña Claudia sostiene tamañas barbaridades con aparente seriedad y dignidad.
Ya he advertido que tantas mafufadas de su parte obligan a dudar si se la pasa en sus cinco sentidos.
El tamaño de sus idioteces indica una verdad completamente irrefutable: considera que los mexicanos somos retrasados mentales.
Con una conclusión que ya es inevitable, de que la señora está rematadamente tarada, que no le llega bien el agua al tinaco, o que tiene el cerebro lleno de excremento.
Quien parecía el engañabobos mayor, Andrés Manuel, tiene rato que ha quedado completamente en ridículo.
Mientras, sigue aumentando el número de niños y adultos que mueren por falta de medicinas y tratamientos.
Por eso la nueva maroma al estilo Pilatos.
Como lo de que algunas tragedias y el terror que vivimos en Sinaloa no son culpa del narco gobernador Rubén Rocha Moya, sino de la sequía.
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