Tengo que decir que María Antonieta es rata de alcantarilla y engaña bobos.
Reitero mi ingenuidad de creer que había cambiado para bien, y de que lucha de manera genuina contra las corrupciones en la UAS.
Hace poco más de tres años la repudié públicamente por sus complicidades en raterías cometidas durante el gobierno de Luis Guillermo Benítez Torres en Mazatlán.
La olvidé durante buen tiempo, hasta sus recientes activismos en defensa de jubilados y pensionados uaseños.
Todo parecía estar bien, hasta que comenzaron sus exhibidas.
Primero su publicación en la que lamentó “el desafortunado e inapropiado post donde expresé que la compañera es amante del rector lo cual no me consta, ni es cierto; fue un comentario motivado por la emoción del momento y de las circunstancias”.
Pero contra esa expresión en público, su doble cara en mensajes de whatsapp sosteniendo que era verdad absoluta.
Comenzaron los señalamientos en su contra por parte de universitarios.
Si la reculada fue por cobardía o por negociación a cambio de algo, para el caso es lo mismo.
Luego presumió fotos del sábado con la presidente, el gobernador y la senadora de morena.
Creció el número de gente que la señaló como lo que realmente es: una farsante y una traidora.
La señalé, y se puso rabiosa.
Atacó miserablemente a mi familia, que sí es buena y trabajadora.
Retomó esa acusación de que soy un “corrupto” porque tuve convenios de difusión con la universidad.
Señalamiento repetido a cada rato, como si no supieran que esos contratos son legales.
El día de ayer recibí información preocupante de lo que es y ha sido doña Antonieta.
Su vida personal con el apodo de “la pizza” y asuntos de sus hijas, que ya comenzaron a señalarle.
El repudiable abandono de una de sus hermanas, quien durante por lo menos 20 años durmió en la calle y se alimentó de la caridad; así de cruel y de inhumana.
Dos frases me llamaron la atención de quienes me contactaron ayer.
“María Antonieta está clínicamente loca y desquiciada” y “tiene muchos trapos sucios porque toda su vida ha sido una vividora y una chantajista”.
Y algunas cosas que resultan impublicables, aunque no faltan quienes me acusan de no tener ningún recato en mis señalamientos.
Me queda claro, y a muchos más, que la señora Rojo es una ratera de primer nivel.
Otra engaña bobos, a pesar de todo lo que ha sido exhibida públicamente.
He dicho y sostengo contra quienes me difaman: si se llevan, que se aguanten.
Si los jubilados y pensionados de verdad se creen sus “pruebas”, están gravemente desubicados.
Vuelvo a cuestionar ¿por qué se retractó cobardemente de una publicación, desmintiéndose a pesar de saber que lo que dijo es verdad?
¿Cómo se atreve a presumir su respaldo al gobernador que persiguió con todo a la UAS y fue parte activa en el asesinato de Héctor Melesio Cuén Ojeda?
Simplemente, vive de sus engaños porque lo único que le importa es el maldito y cochino dinero.
Para nada son cosas personales, mis amigos.
Aunque se me ataque, esta publicación tiene el propósito principal de que la gente conozca la verdad de lo que sucede.
Hay que señalar a las lacras sociales, a quienes se disfrazan de luchadores para robar mientras sacan provecho personal.
Y le seguiremos, hasta donde tope.
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