Como profesional del periodismo mis respetos.
Como amiga un baluarte y mis afectos para ella.
No me meteré en camisa de once varas para determinar los motivos de la salida de Adriana.
Dejó constancia de su calidad institucional al mandar un mensaje de agradecimiento al gobernador.
Rubén Rocha Moya se ha caracterizado por ser proclive a los cambios en su gabinete.
Él los nombró y también los remueve cuando lo considera prudente sin exhibirlos ante la opinión pública.
No soy nadie para analizar los cambios, pero en el caso de Adriana me parece que pierde el gobierno.
Siempre pendiente para cubrir a sus jefes.
Con muchísimos amigos dentro del medio de la información.
Conocedora del qué, cómo y cuándo gubernamental.
Cortada con las tijeras del periodismo que ya no existen.
El gobernador decide y los funcionarios obedecen.
Soy admirador del profesionalismo de Adriana.
No es fácil ser Coordinadora de Comunicación Social en los tiempos que vive Sinaloa.
Su renuncia cayó como bomba.
Jamás nos dirá los motivos del lobo.
Se faja las naguas y costurea sus labios.
Su espíritu es de madera de roble.
Jamás se quiebra aunque le caiga un rayo.
Salieron varios funcionarios en los mismos tiempos.
Pero mi corazón es para Adriana.
Su matrimonio con Alberto nos ha unido con firmeza.
Amigo de los dos y me honran al llamarme amigo.
Pronto estará Adriana en otro cargo.
Quizá la vuelva a llamar Rocha Moya para otra dependencia.
Quizá no han terminado las remociones.
Adriana le dio mucho brillo a Comunicación Social.
Dejó la vara muy alta a su sucesor.
Profesionalismo y don de gentes.
De eso es la estructura de Adriana.
Los que la conocen y tratan saben que no miento.
Brillante donde ocupe espacio.
Toda una dama y muy querida en el mundo de la Información.
Lo repito:
Perdió el gobierno con su salida.
No hay muchas mujeres de ese calibre.
Irradia profesionalismo.
No le digo adiós.
Hasta mañana.
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