Cada vez más descomunales las hipocresías de la chacha de palacio: en Sinaloa cumplimos hoy un año de terror y burlas, con su estupidez de que “estamos trabajando bien”.
Se sentirán con razón quienes alegan que no tenemos remedio con un gobierno tan inútil, pero tengo que discrepar.
Por más que parezca que no pasó nada, la realidad es que la marcha del domingo en Culiacán les dolió tremendamente.
Advertí mi morbo por saber lo que diría Claudia Sheinbaum en su mañanera sobre la marcha.
Confieso que me sorprendió.
Ya sé que es toda una rufián y cómplice de los narcos, pero resulta imperdonable su burla a los muchos miles de sinaloenses que salieron este domingo a exigir paz y seguridad.
Más de cuatro mil muertos y desaparecidos, siete mil autos despojados, por lo menos dos mil negocios cerrados, veinte mil empleos perdidos y la economía destrozada.
Triste la realidad que la presirvienta se niega a ver, porque viven en los otros datos.
El “estamos trabajando bien” implica que todo o casi todo lo ve de maravilla.
Y para seguir repartiendo atoles, viene de nuevo hoy a Sinaloa el gabinete de seguridad federal.
Ya han estado aquí, y no ha servido de nada.
Sheinbaum está completamente embarrada de corrupciones y complicidades con los narcos.
A nadie engaña, pero miente porque no puede admitir que la cuatroté está podrida.
Solapa al narco gobernador de Sinaloa porque es le tirada menos peor que hasta ahora encontró.
No le hace caso a Donald Trump, porque tiene la esperanza de negociar algo que la salve.
Está de rodillas con AMLO porque el expresidente le puede quitar la presidencia, ipso facto.
No tiene gane, y lo único que le queda es el control de daños.
Con pésimos resultados, evidentemente.
Lo del huachicol es escándalo internacional.
López Obrador y sus hijos son parte central de esas corrupciones, y por eso la mandataria anda que no la calienta ni el sol.
No termina de salir de un ridículo cuando entra en otros.
A propósito de la marcha, no fueron pocos los sorprendidos de lo comedido que se vio ayer el chacal de Batequitas.
No solamente felicitó a quienes salieron a manifestarse, sino que reconoció que su gobierno no ha dado buenos resultados.
Aceptación puntual, por más que intentó maquillarla.
Dejó por un rato en el excusado aquello de que “en Sinaloa se vive perfectamente bien”.
Opinarán que no nos debemos agüitar, pero yo dijo que vale más que sí.
La presidente y el gobernador reiteraron que seguirán “trabajando” en Sinaloa.
Ahí está el detalle, lamentablemente.
Lo que hasta ahora se ha hecho es abrazar a los narcos y permitirles que nos sigan robando y matando.
Por lo que doña Claudia dijo en la mañanera de ayer, parece que continuarán con lo mismo.
A menos que el discurso de aparente apoyo a Rubén Rocha lleve luego al y por abajo bolas.
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