Dos madrazos durísimos le ha pegado en pocos días el gobernador Rubén Rocha Moya a su secretario de salud Héctor Melesio Cuén Ojeda; uno hace poco más de una semana en el informe de la rectora de la UADEO y otro en la semanera de ayer.
Por qué el primero no corre al segundo o por qué el segundo no le renuncia al primero, es una pregunta que cada vez más sinaloenses nos hacemos.
En medio de este pleito hay un compromiso que el mandatario estatal quiere romper pero el maestro Cuén Ojeda busca mantener.
Está cada vez más claro que el gobernador terminará saliéndose con la suya, independientemente del cese o la renuncia del ahora subordinado.
Para nadie es un secreto que el líder moral del Partido Sinaloense quiere ser senador y luego gobernador de Sinaloa, y que Rubén Rocha y Morena irán por un camino diferente al que llegarán cortando el hilo por la parte más delgada.
En medio de este intenso y brutal golpeteo hay un duelo de que parecen competir por ver quién de los dos tiene más capacidad para tragar estiércol.
Hay pleito cantado, y se puede ver con meridiana claridad en los dos videos que compartí en mis cuentas de youtube, twitter y facebook.
No hay pues ningún amarre de navajas por parte de quien esto escribe.
Como advertimos reiteradamente en esta columna, Rubén Rocha y su partido no aspiran a que la UAS tenga autonomía sino a que Morena controle completamente a la universidad.
Cuén es por eso un estorbo adicional al que necesitan debilitar, esté donde esté.
En el tercer piso dejaron de atenerse a los ocho legisladores del PAS en el Congreso de Sinaloa, a los que consideran ya no necesitan porque los del PRI “se vendieron”.
Los enconos son crecientes desde el gobierno, alentados por quienes buscan el total rompimiento con Melesio y el PAS.
Las ambiciones de poder político y electoral, primero que nada.
SEGUIRÁN LOS ABRAZOS
La cuarta transformación ha fracasado estrepitosamente en el compromiso de pacificar el país, y lo peor de todo es que por las complicidades convenidas con el crimen organizado Andrés Manuel López Obrador insiste en que continuarán con la misma “estrategia” de los abrazos no balazos.
“Todo está bajo control”, nos dicen siempre luego de cada masacre como si de verdad estuvieran en condiciones de presumir.
Del Ejército, la Marina y la Guardia Nacional, siguen de adorno por más que el presidente nos diga que envió cientos o miles de elementos a las entidades controladas por el crimen organizado.
Sería para matarnos de la risa si no fuera un asunto tan serio el uso de las estadísticas con un cinismo descomunal para demostrar los “éxitos” del gobierno.
Según convenga, el contraste del último mes respecto del anterior o el del año pasado, con números falsos como el de los fallecimientos por el covid. Las mentiras y los engaños de siempre, que no pocos siguen aplaudiendo.