El secretario guapo, dicen las de calzones rosa.
El consentido de la señora presidente.
El hijo de la bella María Sorté.
El repudiado por Andrés Manuel López Obrador.
El hombre que ganó de calle una elección de MORENA para ser el Jefe de la Ciudad de México.
El que fue quitado de esa candidatura por un plumazo presidencial y en su lugar quedó la Brugada.
Vino de nuevo a Sinaloa con las mismas promesas.
Se va y todo sigue igual.
Callos de hacha y camarones mundiales.
Comprometido a venir cada quince días y recorrer Culiacán custodiado por el Ejército, la Marina, Guardia Nacional y las policías estatales y municipales.
Su bella canción la canta en Sinaloa.
“Acabaré con todos, cueste lo que cueste, y votarán por mí, para que sea presidente”.
Fue lugarteniente de García Luna.
La delincuencia organizada lo quiso ejecutar en la ciudad de México.
Tuvo suerte y valor para repeler la agresión.
Chapitos y Mayos no le tienen miedo.
Lo miran como Dios a los conejos.
Pero la palabra de Omar García Harfuch es firme y nos promete a los sinaloenses y sobre todo a los culichis que pronto tendrán orden y tranquilidad.
Qué podemos entender por pronto.
Un mes, dos, tres, un año o todo lo que resta del sexenio de Claudia.
Sepa la bola, dijo la Lencha.
Esperanza sigue en pie.
La paciencia muy agotada.
Empresarios huyen de Culiacán o cierran definitivamente sus actividades en Sinaloa.
Varios se fueron a la ciudad de Los Mochis.
Por esos rumbos la lumbre no llega a los aparejos.
Es tierra de paz y tranquilidad.
Se vive feliz por aquellos rumbos.
Omar García Harfuch se aburriría si programa visita a Los Mochis.
¿Usted piensa que pronto se acabará la guerra entre Chapitos y Mayito flaco?
Yo tampoco.
Rezaré para que eso nos regale Omar.
Sin embargo:
Es muy trabajoso lograr que levanten la bandera blanca.
El odio es muy grande y no se conforman con poco.
Todo o nada, es el estribillo.
A nosotros nos toca escuchar el canto de las balas.
A mi casi hijo hay que recibirlo con los mejores callos de hacha.
Mis intenciones eran proponerle casorio a su hermosa e inteligente mamá.
Omar García y María Sorté.
Abrazos para el primero y besos para la Sorté.
Que vuelva Omar.
Hasta mañana.
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