En el juego de la metáfora, podríamos comparar los actos violentos que estamos viviendo en Sinaloa, con la locomotora de un Tren.
En efecto, con un tren que jala los vagones del miedo, la incertidumbre, la desesperación, la tristeza, el coraje y la indignación social.
Transitan esos sentimientos humanos tomados de la mano y hermanados por el dolor en una trágica sintonía a bordo de esa imaginaria mole de hierro.
Y entre los gritos desgarradores de aquellos invisibles pasajeros de la imaginaria máquina del terror, las preguntas surgen tormentosas.
¿Cuándo y cómo, parará la locomotora del terror, para que el extraño pasaje abandone sus inquietantes vagones?…
¿O será acaso que los tramos de las vías en un mal momento se agotarán, y el tren desbarrancará hacia un abismo insondable, con todos los lamentos a bordo?.
Es evidente que la respuesta a las preguntas que aquí me planteo, y que sin duda todos nos hacemos, nadie sabría responder con certeza.
Incluso, me atrevería a pensar, que el fin del recorrido de la metafórica “locomotora de la muerte”, ni sus mismos protagonistas, o conductores lo saben.
Para desgracia y desconsuelo de pueblo y gobierno, la guerra que estamos sufriendo, según vemos, ha sido declarada entre los grupos en pugna, a muerte, y sin una fecha visible de caducidad.
EN CONTRAPARTE, el gobernador Rubén Rocha Moya, viaja en otra locomotora en sentido opuesto y con sus vagones cargados de Fe, confianza, esperanza certidumbre y fortaleza en un futuro mejor.
Pretende el mandatario de Sinaloa a través de su esfuerzo institucional, revertir el miedo y la incertidumbre social que está generando la violencia entre sus gobernados, promoviendo y difundiendo el lado positivo del Estado de Sinaloa.
Como parte de esa estrategia, este día en la Ciudad de México, Rocha Moya participó en la firma del contrato que marca el inicio de construcción de la Planta de Metanol verde más grande del mundo, y que será construida en el Puerto de Topolobampo, municipio de Ahome.
Atestiguado por Autoridades federales y representantes diplomáticos, encabezados por el embajador de EEUU en México RONALD JOHNSON, así como por industriales, inversionistas nacionales e internacionales, Rocha Moya signó el documento que deja asentadas las bases legales para la ejecución de la magna obra industrial.
QUE DIFERENTE habría sido el impacto mediático, social, político y económico de este importante evento, si en Sinaloa no estuviéramos inmersos en la peor crisis de inseguridad pública de la historia.
Y es que la mancha de la violencia arropa la enorme importancia de esta obra, la cual sin duda, en algún momento, tendrá que ser el gran orgullo del gobierno de Rubén Rocha Moya.
Por lo pronto, tristemente, la coronación del gran proyecto agroindustrial del noroeste del País anunciada este día, ha sido empañado por hechos violentos de alto impacto que en los últimos días han estremecido a la comunidad sinaloense.
Por desgracia, en estos momentos la ciudadanía no quiere saber de otra exigencia para sus gobiernos, que no sea la paz social.
Por lo pronto, creo que la gente pareciera reservarse para mejor momento el atronador y bien merecido aplauso al gobierno de Sinaloa por el inicio de la construcción del gran, y largamente acariciado proyecto Pacifico Mexinol.
Es posible que el aplauso sea en efecto pausado, no obstante la millonaria inversión por aplicar en la magna obra, y pese a los miles de empleos que la planta generará en el norte de nuestra entidad, y al impacto altamente favorable para la agroindustria no solo de Sinaloa, sino de todo el noroeste del País.
Y claro, dada la importancia de la obra, el aplauso pausado se torna lamentable, aunque desde el punto de vista social, es entendible.
Son pues, los malos tiempos que estamos viviendo y que generan ese tipo de reacciones…Nos veremos enseguidita.
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