La pena de muerte en nuestro país

En el Estado de Sonora se aplicó por última vez en 1957 a un individuo de nombre José.

Sonora también fue el último Estado mexicano en desaparecer de su legislación la pena capital.

La ley fuga se sigue aplicando en todos los rincones del territorio nacional y sin mediar orden judicial se priva de la vida a uno o varios. En el expediente aparece que quisieron escapar o dispararon contra los que quisieron aprehenderlos.

Es una manera de quitar de en medio a los que sobran en nuestro mundo.

En New York existe la pena de muerte y es lo que pedirán los Fiscales para el Mayo Zambada, a menos que acepte las condiciones para convertirlo en testigo protegido.

Ya debe estar arreglado, solo faltan afinar detalles para que se finiquite el convenio y comience a señalar los que estuvieron coludidos dentro del engranaje oficial de México, para permitirle convertirse en el más poderoso de los capos de todos los tiempos.

Nuestros vecinos son meticulosos cuando de armar casos se trata y pasará un tiempo para saber quién será requerido para comparecer ante los tribunales de los Estados Unidos.

La periodista Anabel Hernández insiste sin dar reposo que Andrés Manuel López Obrador recibió dinero del narco.

Ella destapó el caso de García Luna y ahora insiste en señalar al ex-presidente como parte de la mafia del narcotráfico.

El Mayo Zambada será pieza fundamental de las nuevas investigaciones y los temblores en suelo mexicano son de intensidad de ocho grados Richter.

Allá por el famoso rancho de Andrés Manuel se puede detectar el epicentro y quién sabe hasta donde tope.

El dinero si tiene olor y por eso se detecta.

Omar García Harfuch es discípulo de Genaro García Luna.

Lo quisieron matar en la ciudad de México.

Salvó su vida de milagro y su trusa quedó manchada de amarillo.

En 30 días volverán a la corte y ahí sabremos que decidió el señor Ismael Zambada que hasta el momento ni siquiera es acusado de nada.

Si se convierte en testigo protegido su sopa no es de las llamadas maruchán.

Tiene que ser sabroso el caldo que cocinen los fiscales para convertirlo en su testigo y darle otro tratamiento.

No quiero imaginarme una condena de muerte para el señor Zambada.

Eso sería terrorífico para los sinaloenses.

Aumentaría la intensidad de la guerra entre Chapitos y Mayos y Culiacán se convertiría en volcán con la lava enterrando a la ciudadanía.

Cruzo los dedos para que no pidan la pena capital en contra del Mayo Zambada por el bien de Culiacán y Sinaloa.

Esperemos que se arregle con los fiscales.

Que suelte la sopa, caiga quien caiga en nuestro querido México.

En treinta días sabremos.

Hasta mañana.

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/fax-del-fax/.

 

J. Humberto Cossío R.

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