Lo primero el abrazo de navidad y año nuevo.
¿Y cuál piensan que fue el tema central sobre la mesa?
Claro que sí, para nada podían faltar el desmadre de Chapitos y Mayos y la figura de nuestro gobernador.
La condena unánime a la violencia que se vive en Culiacán.
Nos tienen hasta el gorro los integrantes de la delincuencia organizada que nos echaron a perder las fiestas navideñas y de fin de año.
Pestes en contra de las autoridades que se hacen pendejos y no ponen orden pero cobran con toda puntualidad sus sueldos.
A Rocha Moya hay quienes lo sitúan en un consulado de Islandia, en Corea del sur o Norte.
En lo particular pienso que nuestro Gobernador ya la libró y que terminará su mandato al frente del gobierno de Sinaloa.
Ya aplacó los fuegos dentro de la UAS.
Todo en calma con Madueña al frente.
La familia de Héctor Melesio Cuén guarda absoluto silencio y la viuda protege a sus hijos con esa postura.
Es lo conveniente cuando sabe de lo que son capaces los que asesinaron a nuestro admirado Melesio.
Por mi parte nada tengo que decir de esos lamentables hechos cuando ninguna prueba de nada obra en mi poder.
Si la familia de Héctor Melesio se calla, no soy nadie para gritar o difundir especies que no me constan.
Respeto mucho a los que abordan el tema y los admiro por su valentía al exponer sus tesis.
Nuestro gobernador ha vivido tiempos nunca antes vistos y que parecen corresponder a la barbarie.
Es un sexenio envuelto en torbellinos que lo hacen dar vueltas en tierra y que al parecer se han calmado.
Claudia Sheinbaum conoce a Rubén Rocha Moya y sólo ella sabrá si lo deja o lo remueve con maneras elegantes.
Lo puede llevar a un cargo del gobierno federal y nuestro gobernador tendría que aceptar sin oponer nada para no aceptarlo.
Pero insisto, al parecer la tormenta ya no tiene vientos y mucho menos rayos de los que provocan incendios.
Madueña callado convenientemente.
Una viuda silenciosa que cuida la seguridad de sus cachorros.
Sinaloa quiere seguridad y Culiacán vive temerosa de lo que decidan los delincuentes que se dan el lujo de matar funcionarios de la policía municipal.
Es la herencia estúpida que nos dejó Andrés Manuel López Obrador y que nos ahoga a la gente de bien.
Regaló dinero para comprar conciencias pero jamás nos mostró trabajo que engrandeciera a México.
Un tren Maya que no tiene pasajeros.
Un aeropuerto que no funciona.
Una refinadora de petróleo que hasta la fecha no llena un barril de gasolina.
Un sistema de salud que no tiene medicinas.
Un desastre total.
Hasta mañana.
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