Qué mal comenzó el año en el gobierno federal, exhibido el súper pánico, la diarrea y el ridículo de la presirvienta de la república.
Cerró el año despotricando contra el New York Times, y le continuó ayer en la primera mañanera del naciente 2025.
Una investigación sobre producción de fentanilo en Sinaloa enfureció a doña Claudia.
Recordemos a Andrés Manuel desmintiendo los decomisos que durante meses presumió el Ejército.
La cantaleta de que en México no se produce fentanilo, que hoy se repite.
El NYT respondió casi de inmediato al primer ataque desde palacio nacional, el pasado 30 de diciembre, y repitió su mensaje el día de ayer.
“The New York Times sigue respaldando todos los aspectos de nuestros informes sobre la producción y realización de pruebas con fentanilo en México”, manifestó.
Con un remate contundente: “el papel del periodismo independiente es documentar el mundo tal como es, sacando la verdad a la luz en beneficio del público en todas partes”.
Madrazo brutal.
La cuatroté no engañó antes y no engaña hoy; ni siquiera a sus chairos.
Menos pueden hacerlo con el próximo presidente de los Estados Unidos.
En México se produce fentanilo, y punto.
Resulta ridículo ver a la burra hablando de orejas, fingiéndose víctima de montajes externos.
Recordamos lo que se hicieron en Sinaloa para proteger a los asesinos de Héctor Melesio Cuén Ojeda.
Montajes descaradamente impunes, por órdenes de la narco presidenta.
Nada se hace contra los responsables, porque entre ellos está el narco gobernador asesino Rubén Rocha Moya.
Doña Claudia protege a los narcos, y por eso Sinaloa sigue sufriendo por la violencia.
Y por eso mismo, por los abrazos, pretenden que el NYT confundió el pozole con fentanilo.
Oficialmente, los narcos mexicanos no producen fentanilo y se portan requetebién.
Como podemos ver, hipocresías interminables y descomunales de una presidenta pinocho, hipócrita, cínica y desvergonzada.
Nomás le falta rebuznar.
Por eso tienen que gastarse miles de millones de pesos para comprar periodistas y medios de comunicación.
Despiadada, la persecución oficial continúa contra quienes nos atrevemos a decir que tenemos otro gobierno súper corrupto y súper mentiroso.
Pero no les sirve lo suficiente.
El repudio de los mexicanos es creciente en contra de quienes están empeñados en destruir a México y a sus instituciones.
Sólo con el arrodillamiento de los organismos electorales y con montones de mapacherías pueden ser capaces de continuar en el poder.
Lamentablemente, nuestra reacción como sociedad camina muy lento.
Necesitamos empujar con más fuerza, hasta mandarlos al rancho del peje.
Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/altoparlante/.