= En torno al caso Mayo Zambada-Cuén
= “Nunca pidieron ordenes de aprehensión”
= En tanto “perfeccionaban la investigación”
= Guerra de comunicados entre las dependencias
= Conferencia diaria de Feliciano y Gral. Mérida
Las revelaciones del Centro de Justicia Penal Federal de Sinaloa, en respuesta al comunicado “dominguero” de la Fiscalía General de la República, contribuyen a enrarecer aún más el caso Zambada-Cuén tras desechar piezas que daban la impresión de estar perfectamente embonadas en este complejo rompe cabezas que acapara la atención de la opinión pública nacional y que va más allá de nuestras fronteras, inclusive.
El contenido del documento ampliamente difundido por la FGR durante la mañana del domingo próximo pasado es, amigo lector, plenamente conocido por usted. Aquí lo reproducimos de manera literal. Sin borrarle ni tan siquiera una coma. Y sin quitarle ni ponerle.
Frente a los señalamientos ahí plasmados, que involucran directamente a jueces federales con adscripción en nuestro Estado, el Poder Judicial Federal en Sinaloa reaccionó con su propio comunicado, en el que le enmienda la plana a la fiscalía general y da a conocer, de manera franca y directa, criterios y consideraciones sobre el particular.
Ejemplos:
Punto 1.- “El juez de distrito nunca rechazó emitir orden de aprehensión en el caso Cuén porque no se le planteó; pero si se le pidió, en cambio, por el secuestro de Ismael Zambada, demanda que abandonó, bajo el argumento de que se concentraría en perfeccionar la investigación”.
Punto 2.- “La Fiscalía General de la República organizó sus investigaciones en tres carpetas diferentes: a) el secuestro de Ismael Zambada; b) el asesinato de Héctor Melesio Cuén y c) la desaparición forzada de otras personas. Al solicitar orden de aprehensión solo se refirió al plagio de Zambada, que la FGR atribuye a Joaquín Guzmán López”.
Punto 3.- “Bajo tal circunstancia, el juez federal declaró sin materia el objeto de la audiencia, ante la decisión de la fiscalía de retirarse por no tener mayor interés en ese momento, sino hasta contar con mayores avances en la investigación”.
Punto 4.- “El Poder Judicial Federal establece que la fiscalía puede volver a presentar su solicitud ante un juez federal con jurisdicción en una ciudad o punto del país en el que se ubique un penal de máxima seguridad”.
Y finalmente.
Punto 5.- “El Poder Judicial Federal pone en duda los indicios hemáticos que presuntamente corresponden a Héctor Melesio Cuén” toda vez que se trata de una “afirmación que contrasta con el resultado de la audiencia preliminar en la que se estableció que no era coincidente con las pruebas practicadas al cuerpo de Cuén y que si podrían tratarse de alguna de las dos personas desaparecidas”.
La misma noche del lunes 21 del presente -día del comunicado del Poder Judicial Federal de Sinaloa – la Fiscalía General de la República sostuvo que “es indudable que los restos de sangre encontrados en Huertos del Pedregal (escenario del crimen y secuestro) corresponden a Héctor Melesio Cuén Ojeda”.
Efectivamente se trató de una guerra de comunicados entre el Poder Judicial Federal y una Fiscalía General de la República, aparentemente autónoma e independiente; pero claramente ligada al Poder Ejecutivo de la Federación.
Durante los últimos meses, el Poder Ejecutivo Federal ha sido objeto de un bombardeo permanente tanto del Poder Legislativo como del Ejecutivo, instituciones oficiales bajo el poder absoluto de la presidencia de la República, ahora ejercido por la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, antecedente más que sólido y suficiente para entender su reacción en este complejo caso que tiene a los sinaloenses con el alma en un hilo por las implicaciones venideras y hasta de corto plazo, inclusive.
Bajo estas condiciones, es conveniente exponer de manera clara y objetiva las versiones de una y otra parte; preguntar ¿Quién dice la verdad? Y esperar a que tan esperada verdad se conozca lo antes posible.
Digo.
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A propósito.
A través de un documento dirigido a la opinión pública en general, personal de la Fiscalía General del Estado expresa su desacuerdo con el reciente comunicado de la Fiscalía General de la República, en el cual “se nos señala de haber realizado un montaje en torno al homicidio del ex rector, lo cual negamos de manera rotunda y categórica”.
“Nuestra intervención -agregan – consistió en agotar la línea de investigación que se tuvo inicialmente proporcionada por un testigo presencial de los hechos, realizando los actos de investigación idóneos y pertinentes, conforme a la información que se obtuvo desde el primer conocimiento y atendiendo a las circunstancias particulares del hecho”.
Se refieren a que la atracción del caso por parte de la Fiscalía General de la República, las diversas líneas de investigación ya “no pudieron ser exploradas”; sin embargo “estamos a la disposición de la autoridad que nos requiera, tal y como hemos acudido puntualmente, cuando se nos ha citado por la autoridad ministerial, sin que hasta el momento se nos permita acceso alguno a las constancias de los expedientes”.
Expresan su temor de ser usados como “chivos expiatorios” como resultado de una “investigación sesgada de la autoridad federal” y reiteran su compromiso con la sociedad sinaloense y con la fiscalía estatal”.
Igual. Sin quitarle ni ponerle.
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Por cierto.
A partir de este martes, 22 de octubre, arrancó una estrategia de comunicación del gobierno del Estado, que tendrá como finalidad, a través de una conferencia de prensa diaria, el mantener informada a la sociedad sinaloense sobre el quehacer de las autoridades de los tres ordenes de gobierno en “el proceso de garantizar seguridad plena a la población y a la reconstrucción del tejido social”.
En tales conferencias participarán, invariablemente, Feliciano Castro Melendrez, secretario general de Gobierno y el general Gerardo Mérida Sánchez, secretario de Seguridad Pública del Estado.
El propósito de esta plan es “promover la verdad” e invitar a la sociedad “a no mal informarse y no caer en la desinformación que generan las redes sociales” e impedir, por ende, que “se multiplique la violencia mediática a través de la mentira y la manipulación publicitaria, particularmente en dichas redes sociales”.
Buena la intención.
De hecho, invariablemente y ante cualquier incidente o evento la primera reacción es siempre conocer la versión oficial, la que en ocasiones demora mucho en llegar, con la consiguiente inquietud y zozobra de la ciudadanía en general.
Que sea para bien.
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Y hasta aquí por hoy. Nos vamos ya. Cuídense mucho y que Dios los bendiga. Ahora y siempre.
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