La misa de la concordia

Los Obispos pueden, con toda la autoridad que les confiere la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, convocar a un encuentro entre los grupos que provocan la violencia en la ciudad de Culiacán y otras partes de Sinaloa.

Solamente ellos y sus familias.

“Que la paz sea con vosotros”

Y en ese momento se dieran el abrazo fraternal y sellaran el pacto de la no agresión y volvieran a casa purificados.

El Obispo de Culiacán se convertiría en el héroe que los sinaloenses estamos esperando para que vuelva la tranquilidad a nuestra sociedad.

Los religiosos tienen la palabra de Dios como poderosa arma para convertir o convencer a los señores de la horca y cuchillo.

Se puede intentar.

Porqué no.

El olor del incienso puede neutralizar al de la pólvora.

La sotana pocas veces es mancillada y los que atentan contra los religiosos aparecen masacrados en castigo por sus malévolas acciones.

El mexicano es Guadalupano.

Los grupos delincuenciales también se encomiendan a Dios aunque sus pecados sean capitales.

Son personas que han recibido el agua del bautismo.

La iglesia puede recuperarlos.

La lomita es excelente lugar para la misa.

Hay de las doce los domingos.

Se domina Culiacán desde las alturas.

Las doce campanadas podrían ser el presagio de nuestra tranquilidad.

Sueño con salir a la calle sin sobresaltos.

Ruego a todos los santos por la protección de mi familia.

En mis oraciones incluyo a mis amigos y vecinos.

El Obispo puede lograrlo.

Su voz puede ser dulce a los oídos de los que nos tienen aterrados.

Chapitos y Mayos en la misma canasta sacra.

Un buen síntoma es la asistencia al estadio de los tomateros para el juego de la inauguración.

No se reportaron incidentes que pusieran en peligro a los aficionados al beisbol. Eso puede hacer que la gente se empiece a mover de manera más confortable por todos los rumbos de la ciudad.

El levantamiento del paro laboral en la Universidad Autónoma de Sinaloa es otro buen presagio para los ciudadanos.

No queremos universidades desiertas y tampoco a los muchachos en las calles protestando en contra del gobierno.

La tranquilidad es la que nos urge a los ciudadanos.

Los hechos violentos nos provocan pánico.

Nos urge recobrar la calma duradera.

El gobierno es el obligado a proporcionarla.

Ahora es Claudia Sheinbaum la primera autoridad del país.

Se tiene que ganar a pulso nuestro respeto.

Omar García Harfuch sabe bastante de seguridad.

Es su turno y esperamos buenos resultados.

Hasta mañana.

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/fax-del-fax/.

 

J. Humberto Cossío R.

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