Ni con otro Estado de la República en materia de homicidios dolosos.
Desafortunada la referencia de la señora Claudia Sheinbaum para minimizar lo que a Culiacán aqueja.
A los mexicanos nos interesa la tranquilidad del País y queremos accionar sin el Jesús en la boca.
Por supuesto que quiero que el gobierno de la primera mujer presidente sea muy exitoso.
El concepto de nación es el que debe prevalecer para que se genere la unidad de los que habitamos México.
Sigo con mi cantaleta de Culiacán.
Para salir no reviso las condiciones del tiempo, lo primero que hago es abrir mi celular para conocer si hay o no balaceras cercanas o en la ruta que pretendo seguir para llegar a mi destino.
La seguridad de mi hogar no es negociable.
Pero la vagancia es muy duro jalón y de pronto me encuentro viajando rumbo al café de mis preferencias.
En ocasiones son pocos los compañeros, pero no deja de existir el ánimo de romper con el miedo a la pandemia de balazos.
La primera pregunta es sobre que hubo anoche o por la mañana.
De ahí se deprenden infinidad de comentarios y se unifica el criterio de recobrar los mejores tiempos.
Decimos que no es posible, aunque sabemos y constatamos que si es posible, que una guerra entre bandas delincuenciales, paralice por completo la actividad ciudadana en Culiacán.
¿De quién es la culpa?
Aquí es donde los burros tiran pal monte.
Los encargados de poner orden son nuestras autoridades.
Luego la interrogante.
¿Cómo llegaron al poder?
Otra más:
¿Quién financia las campañas políticas?
Y entonces aparece el ciudadano que vota y se convierte en aliado de los que no pueden darnos la paz.
Abrazos y no balazos es premisa interesada.
El anterior presidente de México tenía sus compromisos y los respeto.
¿Y ahora?
¿Acaso nuestra presidente sigue metida en el ajo?
Le doy un año para que nos muestre si será independiente o seguirá en brazos del que le dio biberón y la hizo crecer.
Mientras tanto, que nos lleve la jodida a los que vivimos en la ciudad capital de Sinaloa.
Dijo la señora Sheinbaum que Guanajuato está peor y de allí no la movemos.
Hasta mañana.
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