Los barrenderos de Palacio Nacional

Están a punto de escofina para limpiar los desechos que deje Andrés Manuel López Obrador.

Limpiecito deberá recibir Claudia Sheinbaum.

Los fontaneros instalarán excusados nuevos y de finísima calidad para que la señora presidente no se contamine las pompis.

Nada que huela a Andrés Manuel y su consorte.

Hasta chamanes llevarán para que hagan limpia en Palacio Nacional.

Me imagino el lujo de los aposentos de los que habitarán por los menos los siguientes seis años.

Rociadas sus habitaciones con las más caras fragancias para que la nueva pareja tenga los mejores sueños.

Las exquisitas viandas preparadas por los chefs de primerísima línea que se contratan para satisfacer los caprichos presidenciales.

Las guardias presidenciales del Estado Mayor velarán para que nada perturbe a la señora presidente.

A partir del martes siguiente, película nueva y borrón en todos los pizarrones de Palacio Nacional.

Es la ley del monte y se acata por que se acata.

Supongo que dormirán en cama King Size y con colchones que parecen flotar por su suavidad y confort.

Otras habitaciones igual de lujosas para cuando la pareja decida dormir separada por los motivos que a nadie nos importa.

El vestuario de Claudia y su consorte, escogidos por los mejores modistos para que la pareja real luzca a la altura de los más grandes dignatarios del planeta tierra.

Cualquier camarógrafo que lograra grabar una noche completa de la pareja presidencial, ganaría los premios Pulitzer y otros de renombre mundial. Si los cachara ese intruso en sus momentos de cuchi -cuchi se haría inmensamente millonario con la venta de su trabajo y las regalías.

Lo que sucede en Palacio Nacional, en Palacio Nacional se queda.

Es como en Las Vegas, Nevada.

No hay mitoteros que puedan importunarte en las vacaciones y a tu regreso a casa con tu verdadera consorte.

Así me imagino que es Palacio Nacional.

Nada me cuesta pedirle a Doña claudia que me permita vivir al lado de ellos por una semana y con acceso a la recamara nupcial.

Le juraría que no soy mitotero y que lo que me toque presenciar será guardado en mi ronco pecho.

Desde ahora miento.

Mi pecho no es bodega de nadie.

Basuras y basuritas que deje Andrés Manuel, incluyendo calzones o trusas y pantaletas de la doña, pasarán al incinerador para su completa destrucción.

Palacio Nacional libre de gérmenes recibirá Claudia Sheinbaum.

Así se estila cada sexenio en la residencia presidencial.

Hasta mañana.

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/fax-del-fax/.

 

J. Humberto Cossío R.

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