Porfirio Cadena y Andrés Manuel López Obrador

Cuando el presidente de México pretende compararse con Benito Juárez o con Lázaro Cárdenas del Río, simplemente hago una mueca de incredulidad y busco algunos personajes con quién compararlo.

Recordé una radio novela muy famosa de mis tiempos del mentado Porfirio Cadena “a” el ojo de vidrio.

Bandido como el solo y perseguido como ninguno.

Jamás lo lograron atrapar a pesar de estar muy cerquita de sus perseguidores que no hallaban el momento de echarle mano.

Era tanta la emoción que generaba la radio, que la plebada nos poníamos una canica sobre el ojo para imitar al mentado Porfirio.

En este tiempo, juro por Dios y la virgen María, que jamás me pondría una mascara para que me confundieran con Andrés Manuel.

Tengo la idea que nuestro presidente duerme en las habitaciones de Don Benito Juárez, y de cuando en cuando, se sube a la carroza donde recorrió el territorio nacional el benemérito de Las Américas.

Ha trascendido que mandó hacer una torre petrolera y se la llenan de petróleo para que juegue con los chorros y se bañe por completo a la vez que grita que viva Lázaro Cárdenas.

La carroza de Juárez es el sueño que tuvo para construir el tren Maya y pasear ante los ojos de los mexicanos en ese mega fraude del sureste.

Dos Bocas es para emular a Don Lázaro y le metió lana de los mexicanos y hasta la fecha no sale un solo litro de gasolina de su refinería.

Dos grandes negocios familiares.

Los hijos del presidente aparecen involucrados de cualquier manera en los despilfarros del papá.

Ahí viene el ojo de vidrio.

El grito que se escuchaba en la radio y que tanto me gustaba imitar.

Sospecho que los mexicanos, con un grano de inteligencia, jamás compararemos a Andrés Manuel López Obrado con Juárez o Cárdenas.

Mencioné al ojo de vidrio como un parámetro para comparación entre ese personaje y nuestro presidente.

Nadie lo podrá agarrar en México.

Estará protegido desde Palacio Nacional por Claudia Sheinbaum mientras ella decida tomar las riendas del poder.

El Porfirio Cadena de nuestros tiempos podrá pasear de gratis en su carroza que es el tren Maya.

Podrá ir a dos Bocas y revolcarse entre los charcos que inundan el complejo que no produce gasolina.

Son grandes pillerías y en nuestro país habrá impunidad absoluta para Andrés Manuel López Obrador y su familia de negociantes.

El ojo de vidrio de nuestros tiempos será objeto de varias novelas de Anabel Hernández y los muchachos de la DEA.

Porfirio Cadena termina su sexenio en septiembre.

Nada que ver con Juárez o Lázaro Cárdenas.

Supuestamente el ojo de vidrio se retira para descansar de lo que nunca trabajó.

Hasta mañana.

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/fax-del-fax/.

 

J. Humberto Cossío R.

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