= A fin de no exponer a la sociedad a riesgos innecesarios
= Decisión difícil; pero responsable la de Rocha Moya
= Suspenden también los ayuntamientos y la UAS
= Mantiene solo el acto eminentemente protocolario
= Las “Matemáticas marxistas” del TRIFE-Guadalajara
Debe haber sido una decisión difícil; pero responsable al mismo tiempo y congruente, sobre todo, con las circunstancias actuales de la entidad.
¿Por qué difícil?
Simplemente porque la ceremonia del grito de la Independencia constituye la máxima celebración en el calendario cívico anual y es el acto que más se disfruta cuando se ejerce el poder, llámese presidente de la República, gobernador del Estado o presidente municipal. Cosa de unos cuantos minutos, si quiere usted; pero suficientes para la revitalización del gobernante en turno.
Bueno, hay que puntualizar que “grito” si habrá; pero solo a nivel de protocolo y con la asistencia de los colaboradores más cercanos del gobernador Rocha Moya. Lo que se cancela es la fiesta mexicana, que constituye el marco más emotivo de la fecha. Para este festival ya se confirmaba la actuación de la familia Aguilar.
En mis años de periodismo activo por excelencia, en los que me tocó cubrir a los gobernadores Antonio Toledo Corro, Francisco Labastida Ochoa, Renato Vega Alvarado, Juan S. Millán, Jesús Aguilar Padilla, Mario López Valdez, Quirino Ordaz Coppel y ahora Rubén Rocha Moya, nunca se canceló el tradicional acto del grito, ni mucho menos la noche mexicana. Y más atrás creo que tampoco. Ya sería cosa de consultar a los historiadores especialistas en el tema.
Efectivamente, Labastida Ochoa estuvo cerca de hacerlo en 1990, cuando un tremendo aguacero barrió la explanada de Palacio de Gobierno, destruyó la totalidad de los motivos tricolores y estropeó la pólvora de los fuegos pirotécnicos, lo cual aconteció exactamente a las 10: 30 de la noche. Disipada la tormenta, sin embargo, Labastida volvió al balcón y cumplió con el protocolo, para regocijo de aquellos que soportaron estoicamente el chaparrón.
Renato Vega también estuvo en esa disyuntiva; pero por cuestiones luctuosas. El15 de septiembre de 1993, el ciclón “Ismael” tomó por sorpresa a medio mundo, tras una impresionantemente corta evolución y acabó con la flota camaronera sinaloense que pescaba en las aguas del Mar de Cortez, con un saldo de un centenar de marinos fallecidos. Ese mismo día, Renato meditó la posibilidad de cancelar la ceremonia “del grito”, por solidaridad ante la tragedia y respeto a los familiares de los pescadores muertos; pero desafió la crítica -que lo hizo pedazos- y siempre si salió al balcón del edificio sede del Poder Ejecutivo Estatal.
En septiembre de 2020, con la pandemia del covid en su máxima intensidad, Quirino Ordaz dio el grito, ante solo 500 personas presentes en la plaza cívica y con un reducido número de invitados, que se cuidaban entre sí en los pasillos del balcón. Y si lo dio en el 2020 ¿por qué no en el 2021? cuando ya había vacunas y la situación ante la pandemia parecía medianamente controlada.
Ya el 22 y el 23 le correspondió al gobernador actual, exactamente con el mismo formato de sus antecesores, recepción incluida en los salones de Palacio, especialmente adaptados para el efecto.
Aparecer en el balcón y ser recibido por 30 mil personas en promedio, con la bandera nacional en una mano y la otra lista para tañer la replica de la campana de Dolores, vitorear a los héroes que nos dieron patria y libertad, hacer sonar la campana y luego ondear el lábaro tricolor ante la multitud, mientras se entona el himno nacional, es cuestión de minutos; pero que se gozan a la máxima intensidad y que nos inundan a todos de fervor patrio.
Por eso, insistimos, debe haber sido una decisión difícil, la del gobernador Rocha; pero con alto sentido de responsabilidad, subrayamos
Para ser francos, actualmente no existen las condiciones apropiadas en Culiacán para la celebración de un acto de esta naturaleza y es probable que no presenten mejoría sustancial durante los próximos días. A lo mejor y sí; pero con la posibilidad latente de un amargo desaguisado.
De ahí la cancelación del evento para desilusión -hay que decirlo – de muchos culichis dispuestos a correr todo tipo de riesgos con tal de disfrutar de la más mexicana de todas las fiestas y para otros más, la mejor del año.
A como están las cosas, sin embargo, no había de otra: fue la mejor decisión.
Digo.
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(Por cierto: al momento de escribir estas líneas, ya un importante número de presidentes municipales habían anunciado la decisión de cancelar también sus respectivos actos del grito y es altamente factible que no haya grito en ninguna de las cabeceras municipales de la entidad. En paralelo, también la Universidad Autónoma de Sinaloa había dado a conocer un acuerdo en tal sentido. Nada de fiestas, entonces, por ningún lado.)
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Mientras.
La sala regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación -con sede en la ciudad de Guadalajara – acordó un nuevo acomodo en la asignación de diputaciones plurinominales a la 65 legislatura del Congreso del Estado, consistente en cercenar una curul al PRI y otorgársela, a su vez, a otro partido de la Cuarta Transformación: el PT.
Así las cosas, las 16 diputaciones de representación proporcional quedaron asignadas de la siguiente forma:
MoReNa: 6;
PRI: 2;
PAN: 2;
PAS: 2;
MC: 2;
Y
PT: 2.
Sumadas las 24 que se eligieron por el mecanismo de la mayoría relativa, la composición final de la cámara de diputados queda así:
MoReNa: 24;
PVEM: 6;
PRI: 2;
PAN: 2;
PAS: 2;
MC: 2.
Y:
PT: 2
O sea: entre los tres partidos de la Cuarta Transformación totalizan 32 diputados, lo cual representa el ¡80 por ciento del total! Cuando para alcanzar la mayoría calificada se requiere del 66. 6 por ciento, equivalente a 27 legisladores.
Extrañas cuentas del TRIFE-Guadalajara, para cuyos magistrados no existe la subrepresentación y la sobre representación es letra muerta simplemente.
Veamos:
MoReNa, con el 48. 75 por ciento de la votación, tiene el 60 por ciento de los diputados: 24.
Partido Verde Ecologista Mexicano, con el 5. 96 de votos, el 15 por ciento de las curules: 06.
PT, con tan solo, el 4. 09: 02.
PRI, con 10. 45: 02.
PAN, con 10. 23: 02.
MC, con 6.84: 02.
Y:
PAS, con 6. 30: 2.
A simple vista, existe una clara sobre representación en MoReNa, cuyo umbral, sumado ya el 8 por ciento, que permite la ley, rebasa claramente el 57 por ciento de la votación. Por lo menos tiene un diputado ilegal.
Letra muerta, insistimos, la sobre representación para la sala regional del TRIFE e ine xistente la sub representación, que se da en los casos del PAN y del PRI, por ejemplo, a los que dejaron con solo 2 diputados (el 5 por ciento), cuando su votación supera los diez puntos porcentuales.
¿Y que decir del PVEM, que con el 5.96 por ciento de la votación, tiene el 15 por ciento de los diputados? O el PT, al que se le asignaron 2 curules, con únicamente el 4. 09 por ciento de la votación.
“Matemáticas marxistas”, diría el compañero y amigo Francisco Chiquete.
¿Qué tal?
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Y hasta aquí por hoy. Nos vamos ya. Cuidense mucho y Dios los bendiga. Ahora y siempre.
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