El Senador Miguel Ángel Yunes no se presentó a tomar protesta como Senador por Veracruz. Manda al suplente, que es su señor padre Don Jesús Yunes para que levante la mano derecha y diga sí protesto.
Los gritos de traidor, traidor, traidor, no dejaban a don Jesús expresar los motivos de la ausencia de su hijo.
Finalmente defendió a su hijo e increpó a Marko Cortez afirmando que es un dirigente espurio del PAN y otras tantas lindezas.
Terminado el acto protocolario de la protesta, pasó a sentarse en la bancada de Morena para que no quedara duda alguna de los acuerdos de la familia Yunes.
No fue el único que rompió filas de la oposición y otro de los de Movimiento ciudadano también se convirtió en morenista. Ya son 87 votos contra 41 si es que no hay otra deserción de los opositores.
Hasta el momento de escribir mi comentario, los únicos firmes son los priistas encabezados por Alito.
Habrá reforma al poder judicial con las artimañas de que tanto renegaba y se quejaba Andrés Manuel cuando era oposición.
El senado se convirtió en excusado y sus legisladores en el excremento que llenó la taza.
Se veía venir, pero teníamos alguna esperanza.
No tenemos idea de lo que nos espera con el inmenso poder de que será investida la señora Claudia Sheinbaum.
No visualizamos con claridad en que se convertirá México en los siguientes años con estas reformas que huelen a golpe de Estado.
Andrés Manuel odia a Vicente Fox Quesada y a Felipe Calderón Hinojosa que lo antecedieron en la presidencia.
A Salinas de Gortari se refiere en ocasiones, pero le teme y prefiere no meterse en sus terrenos que podrían llevarlo a un pantano.
Su alianza con Enrique Peña Nieto es muy conocida y ni con el pétalo de una rosa lo interrumpe en sus vacaciones.
El poder corrompe, dicen algunos.
Andrés Manuel no cruzó el pantano sin mancharse.
Para lograr sus propósitos hizo alianzas legales e ilegales que lo convirtieron en duro dictador.
No digo presidente autoritario.
Lo señalo como dictador y muy perverso.
Para otros podrá ser un Dios, en mi óptica encarna el demonio.
La familia Yunes se robó el show.
Le taladraban los oídos los gritos de traidor, pero aguantó firme don Jesús en representación de su hijo Miguel Ángel.
NO PUEDO DEJAR PASAR
La segunda pandemia que amenaza en mantenernos encerrados evitando encuentros no deseado con la delincuencia organizada, que puede despojarnos de nuestras camionetas y pick-ups y dejarnos a pata.
Es pandemia de balazos y muy mortífera.
Nos dicen que hay paz y tranquilidad.
No les creemos:
Si salimos, será por extrema necesidad.
“Hasta dónde hemos llegado en estos tiempos”.
Los aliados de Andrés Manuel andan agarrados de la greña y no hay quién los pueda conciliar.
Hasta mañana.
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