La votación para aprobar, o no, la reforma al Poder Judicial que proponen las hordas del Atila mexicano Andrés Manuel, a escasas horas de que suceda.
Los oficialistas tienen 85 Senadores seguros y requieren de la traición de uno de los cuarenta y tres que conforman PAN, PRI y MOVIMIENTO CIUDADANO.
De este bloque ninguno puede enfermarse y votar en el momento preciso en contra de la canallada de la cuarta transformación.
El número 43 se le indigesta a nuestro Presidente.
Los 43 de Ayotzinapa han sido un nido de alhuates en su trasero.
Los 43 Senadores pueden derrumbarlo del pedestal que el mismo presidente se ha colocado en nuestro México.
Amenazas y dinero son las cosas que se han manejado desde Palacio Nacional y no se sabe si ya lograron permear a los cuarenta y tres.
Se va a saber, dijera uno de los filósofos de pueblo.
Nosotros expectantes y con el corazón acongojado.
No queremos un sistema de gobierno del tipo de Venezuela, Nicaragua o Cuba.
Nos sentimos confortables con la existencia de tres poderes autónomos y así queremos que continúe.
La Suprema Corte de Justicia es estandarte de democracia.
Modificaciones como las que pretende Andrés Manuel López obrador es sujetarla con grilletes del Poder Ejecutivo.
De un Senador depende que México siga siendo un País demócrata. La vista de los que amamos esta forma de gobierno no se moverá hasta que se vote en la Cámara de Senadores.
El miércoles próximo será el momento de conocer la verdad que nos arrojen los 43 opositores.
Nadie puede faltar o levantarse a zurrar a la hora en que se abra el tablero para ejercer el voto.
Orinar en bolsas y después tirarlas.
Los enfermos tienen que sanar para esa fecha.
Mi apuesta es a que se sostienen los 43 Senadores en contra de la Reforma que tanto interesa al Presidente de México.
¿Pero que sucedería si al iniciar la votación y darse cuenta que no lograron el voto 86 que se requiere se les cae el sistema?
¿Se mantendrán dentro del recinto?
¿Se citaría a nueva sesión para seguirle insistiendo a uno de los 43 del bloque opositor?
Andrés Manuel López Obrador es capaz de todo.
Quiere que su reforma pase a como dé lugar.
Comprar o matar, no significa nada para el creador de la cuarta transformación.
Tiene todo el poder en sus manos.
Veremos que sucede el miércoles en el recinto de los senadores.
Hasta el momento dicen estar firmes los cuarenta y tres legisladores de la oposición.
Veremos de qué están hechos los que llegaron con el voto del pueblo que no quiere dictaduras.
Hasta mañana.
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