= Ninguno rebasa el margen de sobre representación
= Tampoco el limite de 300 diputados que marca la ley
= Sin embargo tendrá mayoría aplastante en la cámara
= El truco, en la postulación de candidaturas comunes
Aunque lo rechace de manera categórica el bloque opositor y lo critique tenaz y sistemáticamente un buen número de analistas políticos nacionales, existe una verdad irrefutable: el reparto de diputaciones federales por el principio de representación proporcional está apegado fielmente a lo que mandata el artículo 54 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, razón por la cual este columnista tiene a la mano las herramientas suficientes para asegurar en forma concluyente:
Por un lado, que ni MoReNa, ni el Partido Verde Ecologista Mexicano, ni el PT están sobre representados en lo que será la sexagésima sexta legislatura del Congreso de la Unión, al no exceder, ninguno de ellos, el 8 por ciento del margen de sobre representación que tolera nuestro texto constitucional.
Y por otro que el Instituto Nacional Electoral hizo lo correcto: lo que marca el 54 constitucional. Exactamente.
Y ahora, el balón está en la cancha del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que sin duda respaldará el dictamen del Consejo General del INE, antes del 31 del mes en curso toda vez que la nueva legislatura entrará en funciones el primero de septiembre que se avecina.
En efecto, ya con los ajustes de última hora, a MoReNa la autoridad electoral le asignó 75 curules plurinominales, que sumadas a las 161 que obtuvo por el principio de mayoría relativa, totalizan 236, equivalentes al 47. 6 por ciento de los 500 diputados. MoReNa logró, en las urnas, el 42. 4 por ciento de la votación válida total (57 millones 222 mil 270), de lo que se deduce que su sobre representación es de 5. 2 por ciento, 2. 8 puntos menos que los 8 que permite la Constitución.
A su vez, al Partido Verde Ecologista Mexicano le dieron 20 diputaciones plurinominales, que si se agregan a las 57 que ganó “por tierra”, suman 77, que representan el 15. 4 por ciento de la totalidad de las curules. El PVEM cosechó un 8. 7 por ciento de la votación valida total, de lo que se desprende que su sobre representación es del 6. 7 por ciento, 1. 3 por debajo de la línea limítrofe.
Por su parte, al Partido del Trabajo le otorgaron 13 asientos de los llamados “pluris”, que si se añaden a los 38 que logró por la vía de la MR, suman 51, que significan el 10. 2 por ciento de las 500 bancas totales. El PT levantó una votación del 5. 6 por ciento, lo cual quiere decir que su sobre representación es del 4. 6 por ciento.
Ninguno de los tres partidos rebasa el 8 por ciento de la sobre representación que marca el artículo 54 de nuestro texto constitucional, ni ninguno de ellos, tampoco, supera las 300 curules de limite -que establece el mismo artículo – incluidos ambos principios: el de mayoría relativa y el de representación proporcional.
Hasta aquí, todo más que claro. (Supongo).
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Ahora bien.
La votación total de los tres partidos (MoReNa, 42. 4 por ciento; PVEM, 8. 7 y PT, 5. 6) suma un 56. 7 por ciento, a la que si le añade el 8 por ciento de sobre representación permitida, asciende a 64. 7 por ciento, equivalente a 323 diputados; el 64. 6 por ciento sobre los 500. Es decir: exactamente diez diputados menos de la mayoría calificada que es de 333.
Precisamente bajo este esquema es como el bloque opositor exigía la distribución de las diputaciones plurinominales, en un intento de impedir que MoReNa y aliados obtuvieran la mayoría calificada; pero se toparon con el firme rechazo de la mayoría de los consejeros del Instituto Nacional Electoral:
-El reparto es por partidos, no por coaliciones. Así lo señala claramente la constitución -, les contestaron.
Y así fue.
Ahora, tras la distribución, como lo dice la constitución, MoReNa tiene 236 diputados; el PVEM, 77 y el PT, 51.
Esto es 364 diputados, equivalentes al 72. 8 por ciento del total; 6. 2 por ciento sobre la mayoría calificada, que es de 66. 6 por ciento. En números ordinarios: 31 asientos adicionales sobre los dos tercios de la cámara baja del Congreso de la Unión. Más que mayoría calificada: mayoría aplastante.
Los 136 restantes (solo el 27. 2 por ciento) se asignaron de la siguiente manera: PAN, 72; PRI, 35; MC, 27; PRD, uno el PRD y un independiente.
Así quedarán. Ya no hay vuelta de hoja.
Obviamente, 364 de 500 diputados es una cifra descomunal y una diferencia bárbara, que le permitirá a los legisladores de la Cuarta Transformación aprobar todas las reformas constitucionales que se le ocurran a la presidenta Claudia Sheinbaum, a partir del inicio de su mandato, el primero de octubre venidero. El contrapeso obligado de todo sistema político será inexistente en nuestro país.
Cierto, por ahí un dique en la cámara de Senadores; pero es un muro de contención tan frágil y débil, que se hará añicos a primeras de cambio, puesto que el bloque opositor solo cuenta con dos escaños más que el oficialismo. Cosa de nada, prácticamente, en los umbrales de la política mexicana.
Aquí, a propósito, poco que discutir: un reparto de escaños sin objeción, por la simplicidad de la formula a seguir: 83 para el oficialismo (MoReNa, 60; PVEM, 14 y PT, 9); 22, para el PAN; 16, para el PRI; 5 para Movimiento Ciudadano y 2 para el PRD. La mayoría calificada se obtiene con 85, dos menos que los que tiene en la actualidad.
La verdad, nada nuevo en la política mexicana.
Así -o quizás peores – eran en la época del PRI. Así son ahora, con la Cuarta Transformación en el poder.
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Y bueno.
De acuerdo, hay cosas extrañas, que siembran incertidumbre entre la ciudadanía en general. Es justificado.
El PVEM, por ejemplo, con una votación de 8. 7 por ciento, tendrá 77 diputados.
Y el PT, 51, con el 5. 6 por ciento de la votación.
Esto marca un claro contraste con el PAN, que con 17. 5 por ciento de votos, contará con 72 legisladores; el PRI, únicamente con 35, con el 11. 5 por ciento de la votación y Movimiento Ciudadano solo con 27, con una votación del 11. 3 por ciento.
Si, realmente es raro; pero tiene una razón de ser.
La distribución de las 200 curules plurinominales se llevó a cabo de manera correcta, justo dentro de la fórmula que señala el texto constitucional; pero la explicación a esto la encontramos en el número de distritos de mayoría relativa ganadas por cada partido en lo individual.
Ahí está la diferencia.
Y el truco también.
El método de las candidaturas comunes es la llave que abre esas puertas, toda vez que, en realidad, no son victorias logradas ni por el PVEM ni por el PT, salvo contadas excepciones. Son candidatos “siglados” -como dicen ahora – por este par de partidos satélites, con candidatos prestados por MoReNa. La gran mayoría de las victorias oficiales proclamadas por PVEM y PT, son de MoReNa, en realidad. Hasta 64 de pevemistas y petistas podrían volver a las filas de MoReNa, una vez en marcha la nueva legislatura.
¿Y que se logra con esto?
Justo lo que pasa hoy día: que MoReNa cuenta, con diputados muy por encima del límite de 300; que tiene una sobrada mayoría calificada y dos grupos parlamentarios más -tanto en el Senado como en la cámara de diputados – a su disposición.
¿Y sabe usted qué? Aunque lo parezca, sin violar ningún precepto constitucional.
Así de sencillo.
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A manera de colofón.
Por si le interesa, he aquí la formula matemática para reparto de diputaciones plurinominales contemplada en el artículo 54 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos:
01.- Total de votos válidos: 57 millones 222 mil 270, resultante de deducir los votos nulos (2 millones 189 mil 869) a la votación total: 59 millones 446 mil 468.
02.- Cociente natural: resultado de la votación válida entre las 200 diputaciones a distribuir; es decir, 286 mil 111. 35, en el entendido de que quedarán fuera de la distribución aquellos partidos con una votación menor al 3 por ciento.
03.- En el caso que nos ocupa, cada partido -independientemente de sus triunfos por mayoría – tendrá derecho a las curules que resulten de dividir su votación entre el cociente natural.
Así de fácil.
Clarito. ¿No?
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