Vaya madrazo con el que la FGR terminó de hundir ayer a Sara Bruna Quiñónez y a Rubén Rocha Moya.
En un nuevo comunicado, se informa que Héctor Melesio Cuén Ojeda fue asesinado en el mismo lugar en el que secuestraron a Ismael “El mayo” Zambada.
Se reafirma que el video del asalto en la gasolinera fue un montaje.
Llegamos entonces a la confirmación plena de que la entonces fiscal Sara Bruna mintió con enorme descaro.
Y porque todos sabemos a quién estaba completamente subordinada, se hunde más al todavía gobernador Rocha Moya.
El viernes pasado nuestro Altoparlante llevó por título “La verdad de cómo fue que el gobierno mató a Melesio”, y nuestra primicia quedó verificada con el comunicado de la fiscalía federal.
Resumimos los puntos más importantes.
A Cuén Ojeda lo asesinaron temprano.
Su chofer tuvo acceso al cadáver ya por la noche, y un encapuchado le ordenó que se fuera de inmediato a la clínica CEMSI.
Instrucciones a la familia de que incineraran el cuerpo y que no hicieran ruido ni manifestaciones.
Con un detalle revelador: cuando el chofer llegó a la clínica, ya lo estaban esperando la fiscal Sara Bruna y varias patrullas policíacas.
Obviamente que a la señora Quiñónez le avisaron el gobernador o alguien más de los que participaron en el asesinato.
El gobierno de Sinaloa mató a Héctor Melesio, sin duda alguna.
Reafirmemos que la FGR no es independiente ni autónoma.
Sus comunicados sobre este caso llevaron el visto bueno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Son “se lo digo a Sara Bruna, para que lo entienda Rubén”.
Sería un descaro descomunal mantenerlo en el cargo, pero sabemos que son muy capaces.
EL CRIMINAL ABANDONO DE NUESTRAS ESCUELAS
Seguramente el apreciado lector ha escuchado la tan repetida cantaleta oficial de que en este gobierno si alcanzan los dineros porque las corrupciones son cosa del pasado.
Todos sabemos que son súper rateros y que muchos programas no operan por falta de presupuesto oficial.
Lo vemos en el sector educativo.
Acá en Sinaloa, como en todo el país, hay cientos de escuelas sin agua, sin luz, sin computadoras, sin aires acondicionados y en condiciones muy deplorables y hasta peligrosas.
El gobernador se la ha pasado anunciando que ya se hace esto y aquello, pero la verdad es que casi nada es lo que se arregla.
Las cuotas escolares antes tan repudiadas siguen siendo obligatorias en medio de atoles y dignidades fingidas por parte de las autoridades.
Los padres de familia tienen que aportar materiales para el mantenimiento y limpieza de las escuelas, que se incluyen en la “lista de útiles escolares”.
Estamos peor que nunca, y ni tantita pena les da presumirnos también en esto sus otros datos.
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